Uno de los graves problemas económicos que enfrentan los países tanto desarrollados como subdesarrollados es la poscrisis derivada de la crisis sanitaria, que nos deja secuelas de falta de recursos económicos, dadas las enormes pérdidas ocasionadas por la pandemia.
Los grandes capitales globales salieron no solo indemnes de la crisis, sino con enormes ganancias, y resulta que estas grandes corporaciones mundiales casi no pagan impuestos, pues su estructura fiscal se los permite.
Janet Louise Yellen, doctora en economía de la universidad de Yale y profesora emérita de la universidad de Berkeley, California, -recordemos que ella fue presidenta de la Reserva Federal en 2014 y ahora la primera mujer que ocupa la Secretaría del Tesoro de los Estados Unidos- es a quien le está tocando enfrentar una situación especialmente anómala, resolver la crisis económica resultado de la pandemia que afecta su país y al mundo, que está gestando una recesión en los Estados Unidos, que incluso podría ser la mayor crisis económica desde la gran depresión.
La salida más inmediata es obtener recursos económicos, para ello Janet Yellen propuso gravar a los grandes capitales imponiendo un gravamen global de al menos 15% a las ganancias de las multinacionales, que usan paraísos fiscales para evadir impuestos, esta propuesta norteamericana la avalan los líderes de finanzas del G20 y también nuestro país.
Janet Yellen dijo que “esta propuesta pondría fin a una competencia internacional de impuestos contraproducente, en que desde hace varios años algunos países han bajado sus tasas de impuestos para atraer capitales”, Yellen agregó que “ésta ha sido una carrera que nadie ha ganado, lo único que se ha logrado es privarnos de los recursos necesarios para invertir en nuestro pueblo, nuestras fuerzas laborales y nuestra infraestructura”.
Nosotros podríamos decir lo mismo, sin duda estos recursos son apremiantes en casi todos los países, solo a junio de este año el déficit fiscal norteamericano fue de 174 mil millones de dólares. Únicamente faltan algunos detalles en la OCDE y una decisión final entre el 30 y 31 de octubre en Roma, se trata de un acuerdo para una nueva arquitectura tributaria más estable y justa, según el G20.
Así los países promulgarían en sus leyes los nuevos requerimientos de impuestos mínimos, esta propuesta fue aprobada por los países que representan 85% de la economía mundial y pues… a ver qué dicen los barones del dinero a nivel global.
Julio C. Vega Olivares