Solo la fuerza de la realidad, buena y mala, nos hará conscientes de la trágica situación por la que atraviesa México, esencialmente ese sufrimiento que nadie merece. ¿Para qué es la vida?
Quizá millones de compatriotas, como millones en el mundo, no saben que ésta no es para sufrir, creer que debemos sufrir para merecer; solo que sí hay quienes nacen con el sufrimiento en su sangre, en su piel, en su corazón, en todo su ser.
Se acostumbran apenas a sobrevivir creyendo que eso es vivir.
Viven una inmensa soledad, hacinados donde pueden, en familia, acompañados de perros y de hambre, de marginación y miseria, allá donde hacen posible lo imposible.
La terca realidad de los cinturones de miseria en la zona conurbada de la Laguna, o las olvidadas áreas rurales de Coahuila y Durango.
Ahí están y estarán hasta que la realidad buena sacuda la ignorancia, el desprecio, el racismo, la discriminación.
He conocido muchos y variados ejemplos en mis andanzas como reportero.
Los matices son diferentes, y sí, son miles las personas que sobreviven con el infortunio pegado a su día a día en todos lados.
No escapamos ni en la comarca ni en las dos entidades que la forman.
La fuerza de la realidad mala, violenta en extremo, pegó en seco entre las y los estudiantes universitarios de medicina de Coahuila y Durango, con un impacto entre sus pares del resto del país.
El absurdo asesinato de Eric Andrade, joven pasante de la carrera, llegó a la conciencia de la comunidad estudiantil de medicina.
A fuerza de latigazos, a fuerza de hartarlos, salieron a las calles para hacer escuchar su voz, han expresado su inconformidad irrebatible, han expuesto las pésimas condiciones en que acuden a cumplir su servicio social, su compromiso y su vocación en medio de un subdesarrollo lastimoso heredado de años de lamentables gobiernos y hoy sumido en la violencia.
Su postura, encomiable cuando el entorno oficialista aplasta todo, echó abajo lo que manifestó a los medios el secretario de Salud de Coahuila, Roberto Bernal Gómez, quien sin medir el alcance de sus palabras y por creer que toda comunidad universitaria es igual de complaciente y sumisa, dijo que en Coahuila las condiciones de seguridad para los médicos pasantes eran óptimas y que incluso jóvenes de otras entidades buscan hacer su servicio social en el estado
Textual: "Tenemos mucha vigilancia, la violencia está muy controlada aquí a diferencia de Durango", subrayó. Bernal señaló que en Coahuila se cumple con la Norma Oficial Mexicana, en su apartado de Educación en salud.
Estudiantes de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Coahuila (Unidad Torreón), respondieron con inteligencia, contundentes.
Firmaron un pliego petitorio en relación al servicio social que cubrirán a partir de agosto y hasta julio del próximo año.
Exigen, desmintiendo a Bernal Gómez, que al menos dispongan de servicios básicos en los lugares donde son asignados, y de equipos, material y medicamentos que favorezcan a la gente que deberán atender.
Esa demanda, ecuánime y justa, también la dirigieron a autoridades universitarias, educativas y de seguridad en Coahuila.
La fuerza de la realidad buena y mala sí tiene protagonistas. A unos los ha sensibilizado, a otros parece que no.
¿A quiénes creer? La formación de recursos humanos en medicina es una altísima prioridad, un derecho para la población más vulnerable.
Toca a los gobiernos cumplir su absoluta responsabilidad. Sin mentiras, sin demagogia.