La participación ciudadana en los comicios de ayer, aunque no fue la deseada, fue buena. Parece que el proceso y el conteo también fueron limpios, y queda claro que aunque la gran mayoría de las clases media y alta buscaba el cambio, eso no bastó para cambiar un resultado que parecía inminente.
El país tiene mucha gente en la pobreza, gente que fue ignorada durante largo tiempo. La política social y el régimen actual ha dado la impresión de haberla volteado a ver y estar atendiéndola. De ahí que no se pueda cambiar el rumbo actual. Preocupa la casi absoluta falta de contrapesos institucionales. Por el bien del país, espero mesura y sentido republicano en los legisladores que integrarán la próxima legislatura federal.
Hay reacciones en los mercados: el tipo de cambio cotizó por arriba de 17.70 pesos por dólar, y se movieron la tasa de interés para arriba, y la bolsa negativa hasta 6.5 por ciento. La razón: la falta de contrapesos. ¿Es esto algo preocupante? De momento no. Ningún indicador es una señal de alarma o muy negativa. Es más, lo he comentado mucho, ojalá que el peso se debilite frente al dólar y ayude a los sectores de la economía que hoy padecen la fortaleza de nuestra moneda.
Cerramos un mes positivo para los mercados, que vieron máximos históricos en los tres principales índices estadunidenses: Dow Jones, Standard & Poor’s y Nasdaq. La posibilidad de ver bajar las tasas en Estados Unidos, los buenos reportes corporativos y el no escalamiento de los conflictos geopolíticos fueron los catalizadores de esta buena racha.
Con la información que tenemos de la inflación en EU, se revive la posibilidad de ver durante el año dos bajas en la tasa de interés. La primera puede ser en septiembre.
Esta semana destaca, por un lado, la decisión del Banco Central Europeo (BCE), que puede bajar por primera vez la tasa de 4 a 3.75 por ciento y, por otro lado, el dato de la creación de empleo en Estados Unidos.
Duro golpe a Donald Trump, a quien declararon culpable y le dictarán sentencia el 11 de julio en uno de sus tantos frentes abiertos. De momento, nada lo inhabilita para ser presidente de Estados Unidos y parece que su popularidad no baja; al contrario, esta situación de “mártir” le ha dado más fuerza.
Veremos cómo se mueven los indicadores en México, que de no haber fraude, malos manejos o revueltas poselectorales, deberemos seguir viendo un mercado ordenado y estable en los indicadores macroeconómicos.
Por lo pronto, aquí, sigamos haciendo lo que nos toca para tener un mejor país.