En la última entrega dentro de esta serie sobre el estado de la humanidad cerrando la segunda década del siglo XXI discutimos cómo la población mundial está rechazando la democracia representativa como forma de gobierno tanto en el dialecto popular como al elegir gobernantes de tendencias autocráticas. Cerramos aquel capítulo previendo que el mundo encontraría un método de gobierno alternativo a la insatisfacción que han encontrado en las democracias contemporáneas en el no tan distante futuro y con eso mi primer intento de adivinar el futuro en esta serie futurista.
Vamos a ver la privatización de más de algún gobierno en países desarrollados. Es imposible predecir precisamente qué forma tomará este emprendimiento, pero ya hay algunos ejemplos en países que han subcontratado funciones que la industria privada desempeña más eficientemente. En muchos países el gobierno paga un seguro de servicios médicos universal que es prestado por privados que a la vez ofrecen servicios complementarios a un costo adicional al individuo. Quizás el caso más claro es el de defensa, desde el inicio de la historia han existido los mercenarios y aunque ya no les llamamos por ese nombre, siguen existiendo los contratistas militares que no son nada más y nada menos. Aún otro que podemos mencionar es el sistema de cárceles que frecuentemente son administradas por empresas privadas. Aeropuertos, escuelas, carreteras, etc.
En diferentes partes del mundo han sido diferentes funciones que se han subcontratado y yo creo que es inevitable que se vuelvan más. Por ejemplo, una función que la industria privada está particularmente mejor equipada para lidiar es la cobranza; la tarea de Hacienda se le podría asignar a la industria privada a cambio de un factoraje y van a ver cómo crecerá la base de personas que pagan sus impuestos. Un ejemplo más popular, la contraloría, los que revisan que las cuentas del gobierno sean correctas ¿Por qué creemos que el gobierno es capaz de autogobernarse si nadie más lo es? Si quieren pensar en temas más controversiales, muchos mexicanos preferirían darle su turno a la industria privada a preservar el orden y la justicia en el país…
No es difícil imaginar un sistema de incentivos en el que se le paga a un subcontratista en base al nivel de seguridad alcanzado en su delegación. Sabemos que el gobierno no tiene el incentivo para enfrentarse con el crimen organizado, démosle la tarea a alguien que sí lo tenga. Si hay naciones que exitosamente han podido delegar la soberanía nacional a mercenarios, no es impensable que se pueda hacer dentro de las fronteras. Por supuesto que el gobierno siempre tendrá que tener un brazo judicial, pero hay mucha tela de donde cortar.
Muchos se han opuesto a la privatización de la industria de energéticos. Están equivocados, es la decisión correcta tomada demasiado tarde y ejecutada con una corrupción desenfrenada. El turismo también se beneficiaría de subsidios administrados por la industria privada, por no decir la agricultura, el fomento económico y el desarrollo social.
En un mundo capitalista han fracasado los gobiernos democráticos representativos porque todos estamos programados a maximizar nuestra utilidad y la labor gubernamental honesta y talentosa bajo estos regímenes solo paga en orgullo. Simplemente no son compatibles una con la otra y están llegando las vacas a pastar.
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