Los Dueños de los equipos no se han atrevido a poner en cintura a Fidel Kuri.
Por algo será. Ese “algo” no lo conocemos pero las sospechas pueden abrirse. ¿Será que el veracruzano les sabe algo a los otros y no pretenden ventilarse mutuamente sus secretos?
Todo es extraño. Los dueños, tiene la primera responsabilidad porque le han permitido al Veracruz, permanecer, estar, actuar, no cumplir y estropear la imagen de todo el futbol mexicano.
Por lo tanto, en primera instancia, no es responsabilidad ni culpa de Tigres y sus jugadores.
El problema tiene un origen único, en los dueños, de donde se deriva todo.
Han sido los dueños los responsables de que “este tema” haya crecido y se haya deteriorado a tal grado de tener que culpar a los jugadores de Tigres.
Obvio, ya estando en la cancha, el lenguaje hablado, tácito y corporal era claro. No debieron haber anotado, ni por “juego”. Es lo denigrante para los jugadores amarillos.
Si al Club Veracruz le siguen permitiendo estar en competencia, todos podemos tener misericordia hacia sus miembros pero eso nada soluciona. Fidel Kuri es el actor de una causa originada en los dueños.
Parece cuento de nunca acabar y no es asunto de que renuncie un ejecutivo u otro.
Han sido cómplices de los adeudos y de la falta de cumplimiento de normas básicas para poder competir.
¿Solución a este delicado y bochornoso asunto? Los dueños tienen la palabra y la solución si son capaces de aplicar mano dura.
El problema se les podrá revertir porque entre ellos, como buenos amigos y metidos adentro del conflicto, se protegen pero a la vez se tienen miedo, algunos se odian.
En el campo vimos lo que en las oficinas acontece. Cualquier empresa es la sombra prolongada de su dueño.