El popular Guadalajara está poniendo el mal ejemplo. A nivel de no jugadores se ha llenado de humo trayendo y llevando extranjeros que le han quedado mal.
Nada ejemplar su conducta porque vino y ya se fue Fernando Hierro, más con fantasía que con realidades. Hicieron lo mismo con Gago y ya empacó sus cosas casi sin avisar.
Esto es una burla para el club tapatío pero también para el futbol mexicano.
Y no porque las Chivas representen a todos, no, es porque a una empresa mexicana del futbol que arrastra multitudes, los de afuera y extraños, la pisotean con mucha facilidad sin importarles cómo inician y terminen sus acuerdos.
¿Tan mal está nuestro futbol como para tener y recibir este trato indigno? ¿Para qué los trajeron? ¿Quién dijo que los extranjeros, en cualquier nivel, son los que dignifican a nuestro espectáculo?
¿A quién se le ocurrió regalar tantos beneficios a los extranjeros? ¿Acaso sólo ellos saben de futbol? “La Iglesia en manos de Lutero”.
En Santos sucede algo parecido. No saben negociar con los extranjeros o éstos les brincan con mucha facilidad y luego no los soportan.
Ambriz llegó a un club de mucha honra pero entre las partes no lo han sabido enderezar.
Algo extraño sucede; y lo único cierto es que no le atinan. Ni modo; es la nueva realidad.
Los otros equipos se ponen muy exigentes con los extranjeros no jugadores y luego no se soportan. Piense usted en el club que más prefiera.
Tigres y Monterrey cambian más rápido de entrenador que de calcetines. América coquetea fácil con el de moda. Cruz Azul no se queda atrás. Se rompen fácil las nuevas ilusiones.
Y así sucesivamente. Ponga usted el nombre del club que elija y la referencia es la misma.
Pobre futbol mexicano porque parece que los dueños no son mexicanos.