El antiguo dicho reza así: “Cuando hay para carne, es vigilia”.
Este sábado 26 de agosto juegan en casa los Algodoneros y también el Santos.
Cada quien en su competencia que es atractiva y diferente.
Desgraciadamente se empalman los eventos porque uno recibe al Guadalajara, y el otro continúa en su lucha asombrosa en pos de algo diferente.
Hay gente para ambos eventos pero no tanta como para marcar una diferencia en cuanto apoyo presencial. Las instituciones viven momentos contradictorios.
Uno está en la plenitud del momento y el otro no encuentra cómo satisfacer a su clientela.
Las emociones por uno y otro existen en mayor o menor grado porque el presente es gratificante para los guindas, no así para los verdes.
Es la incógnita del presente. ¿Qué equipo, incluyendo al rival, tendrá más arrastre?
Las Chivas tienen su encanto, nadie lo niega. Tijuana posee la fuerza para demostrar su capacidad, y derrotarlo puede considerarse inesperado.
Las cosas como son o como pueden ser.
El beisbol sabatino se conjuga con algo exclusivo en la temporada. Es una lástima que las emociones presenciales se empalmen en el mismo día cuando en ocasiones normales deberían tener copiosa asistencia.
Hay contenido para disfrutar el tiempo de cada quien.
El espectáculo está garantizado aunque parezca mentira porque la postemporada de uno engrandece y la historia del otro es imán.
Bienvenidos los dos eventos aunque las emociones tengan conflicto.