Los despidos y los regresos son comunes en el mundo del deporte, hasta en la política. Con cierta dosis de sorpresa, asombro e incredulidad le dieron las gracias a Guillermo Almada.
Ya no lo aguantaban los jugadores, el mal manejo del caso Alessio y su afán de irse a dirigir a Uruguay, todo eso se juntó para dar un golpe al timón.
No pudo ser campeón con esta institución, dejó huella a su paso, en ocasiones se confundía al declarar pero al fin supo triunfar en Santos sin haber levantado una copa grande.
El dueño de un equipo suele tener un patrón encima de él. Fue el caso de Ricardo Lavolpe con la Selección Mexicana en el mundial de Alemania por eso ni regresó a nuestro país de manera inmediata.
Ahora en Santos se espera la llegada de alguien que ya estuvo aquí con la renovada intención e ilusión de que algo diferente se pueda obtener.
La función de Almada tuvo impacto inmediato pero esa gratificante realidad se fue viciando hasta que algo letal tenía que acontecer.
¿Le echamos la culpa a Alessio, o entre todos aportaron para que el despido se presentara?
Al que sigue se le viene encima la Concachampions, torneo tentador para asignar metas y exigencias.
Es donde surge la dificultad de la nueva encomienda. Ser campeón en nuestro país es muy complicado porque las liguillas son obscenas.
Hoy, para ironía del caso, el lugar once (Pumas) acaba de echar al barranco al uno, América.
Si esta maldad no la hemos aprendido y no somos exactos para las decisiones siguientes, significa que no conocemos lo que entre nosotros se ha aprobado.
Por lo tanto, se explica la salida de Almada y se entiende a plenitud la llegada del que sigue.
La afición lagunera seguramente está con la esperanza de mejores realidades.
Almada ya puso su parte; ahora corresponde a todos hacer la suya.
Quitar y poner es una operación común, desgasta un rato, limpia lo sucio, hace ver cosas que antes no se apreciaban y acarrea la ilusión de mejores momentos.
Bienvenido el que sigue a sabiendas de que tiene un arduo compromiso porque tiene una encomienda que se anhela: hacer algo novedoso en el torneo internacional.
Lo barato sale caro pero lo caro se presta para presumir.
Es el caso: volver a presumir algo ya probado y que a nivel nacional removió estructuras.