La idea original de hacer una pretemporada larga para luego tener un mejor torneo ya tuvo su primer inconveniente.
El plan era que todos, incluyendo a todos, pudieran estar presentes en los entrenamientos. Por lo pronto lo están.
Pero ya salieron los llamados a distintos jugadores para cumplir con los convenientes compromisos.
Aquí se detuvo casi todo porque ahora, sin estar completo el plantel, los más beneficiados podrán ser los jóvenes que provienen de la cantera en busca de un lugar en el equipo titular.
Lo planeado tenía que ser modificado como consecuencia natural de cualquier ente vivo que se trastoca a través del tiempo.
El sistema defensivo central va a ser el más exigido.
Si ahora no van a poder vender de manera jugosa para luego comprar con cierta tranquilidad, al menos se van a deshacer de dos erogaciones fuertes (Preciado y Dória) y con ello como ahorro, se podrá buscar lo que más y mejor necesiten.
El sistema de ir formando al actual (futuro próximo) plantel será sometido a otro tipo de pruebas aunque las buenas intenciones de Ambriz sigan vigentes.
Las cosas se van a realizar conforme se tenga la certeza de que el plantel va tomando forma.
Los partidos de preparación podrán servir para cumplir con los requerimientos no oficiales, casi por rutina, para irle dando credibilidad a lo que se pretende obtener.
Obvio que cada torneo es diferente; y se pretende que el siguiente sea afortunado para Santos.