Política

¿Qué celebran?

  • Sin coincidencias
  • ¿Qué celebran?
  • Juan Gabriel Valencia

No hay indicio de que el PRI en su aniversario sepa enfrentar la crisis múltiple por la que atraviesa. Ni siquiera hay indicio de conciencia de esa crisis.

Una historia exitosa llevó a olvidar a los autonombrados priistas de la actualidad, priistas que ignoran los fundamentos del partido que usufructúan en cargos de representación popular, la esencia de un partido político que no se escapó de un libro de texto, sino que significó uno de los artefactos políticos más eficaces e ingeniosos del siglo XX. En lo básico, eso era en 1929, una compleja coalición ganadora en un entorno electoralmente no competitivo. Coalición ganadora; no facción. Un entorno competitivo que no planteaba el reto periódico y regular de ganar elecciones.

El PRI que celebra hoy en 2017 su aniversario hace mucho que dejó de ser una coalición y es una facción. Los relevos y cambios anunciados el día de hoy así lo muestran. Con muchos o pocos méritos personales, un partido presidido por un incondicional de una parte del círculo íntimo del Presidente de la República, con suficientes credenciales académicas y sin convocatoria dentro del priismo real. Nombramientos en el Comité Nacional que para usar una figura de libro de texto desdicen la circulación de élites y convalidan su inmovilidad. Varias carteras en el Comité Nacional cuyo único común denominador se llama Emilio Gamboa. Alguna otra que demuestra que el jefe del Partido, el Presidente de la República, no carece de sentido del humor… involuntario. La llegada de José Murat a la Fundación Colosio, frente intelectual del PRI, es un insulto a la inteligencia. Uno de los representantes más sórdidos del PRI hace inconcebible que se le otorgue la instancia pensante y modernizadora del partido.

Facciosos, en suma, con toda la prepotencia y soberbia de serlo. Como tienen el poder, ¿entonces tienen el saber? No se sigue ni lógica ni histórica ni políticamente. Una paradoja trágica: un partido gobernante desde la indigencia moral e intelectual.

Para colmo el entorno ya es competitivo. Hay que ganar elecciones con métodos del siglo XXI, no con costales de cemento, láminas para techo, tarjetas de débito o un poco de dinero en efectivo el día de los comicios.

Han perdido sostenidamente y, sin diagnóstico preciso, parecen estar a punto de saltarse esa etapa indispensable de investigación y pasar sin escalas a la urgencia de la autopsia.

En el imaginario colectivo y en la vida cotidiana de la gente común, las reformas estructurales, excepcionales en el mejor de los sentidos, en especial tres de ellas, como son la educativa, la energética y la de telecomunicaciones, no compensan el agravio impune de Duartes, casas, helicópteros oficiales en calidad de taxis gratuitos, porcentajes por contratos públicos, liberalismos discursivos y regulaciones prácticas en todo y para todo con cargo a contribuyentes cautivos. Finanzas públicas en crisis ante reformas fiscales pospuestas por afanes personales.

Se llamará a la unidad de ese 15% de las encuestas en las que todo el mundo ha vuelto a creer y ausencia de método para decidir quién y cómo será el candidato.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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