A diferencia del poema del ex diputado veracruzano, Salvador Díaz Mirón, el plumaje de Marko Cortés Mendoza es de los que se manchan y salpican al cruzar las aguas pantanosas de la política, cuestión de preguntarle a Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz.
Y es que, cuando el dirigente nacional del PAN aún no termina de salir de los cuestionamientos, por el “Acuerdo de Coahuila”, que alimentó la narrativa del Presidente López Obrador contra la alianza opositora, trasciende que Cortés Mendoza transó, con Francisco García Cabeza de Vaca, una candidatura que le asegura el fuero al ex mandatario.
La versión que corrió como reguero de pólvora el fin de semana pasado, es que Cabeza de Vaca va en la primera posición de la lista de candidaturas de la segunda circunscripción, a la Cámara de Diputados.
Seguramente Gálvez Ruiz no está enterada del “Acuerdo de Tamaulipas”, que una vez que se confirme, le salpicará a su candidatura presidencial con los negativos que carga Cabeza de Vaca.
Resulta inverosímil que, con todo y que la campaña presidencial va de mal en peor, Cortés Mendoza suscriba con el impresentable ex mandatario un acuerdo que le restará votos a Gálvez Ruiz en Tamaulipas.
De nada sirve que Mauricio Etienne Llano promueva la candidatura de Bertha Xóchitl en el estado, si el dirigente nacional del PAN la torpedea transando con quien encabezó un gobierno despótico y corrupto.
¿A cambio de qué se realizó una transacción que le asegura a Cabeza de Vaca su inmunidad procesal?
Un trascendido que, de confirmarse, afectará los momios de Gálvez Ruiz en Tamaulipas y elevará los de Sheinbaum Pardo, confirmando que la candidata opositora tiene al enemigo durmiendo en casa.
Por supuesto, el ganador de esta transacción se llama Francisco Javier, quien demuestra ser un buen inversionista del dinero proveniente de los “retornos”, recolectados durante su sexenio.
¿Cómo explicar que un gobernador que no supo mantener al PAN en el Poder Ejecutivo, que vive en Texas desde hace más de un año y al que la Auditoría Superior de la Federación le observó 17,000 millones de pesos, vaya en un lugar idóneo para políticos ganadores y sin tanto lastre?
Lo que no suena lógico suena a metálico, dirá López Obrador.