Sacada de la chistera obradorista, la postulación de Maki Ortiz Domínguez y Eugenio Hernández Flores, por parte del Partido Verde Ecologista de México, es una jugada de ajedrez de la alianza obradorista, que amenaza seriamente el escaño de primera minoría ganado por el PAN en 2018.
Una granada electoral que, de explotar en las urnas como se espera, puede finiquitar y enviar a la morgue al cabecismo.
Cuando hablamos de Geño y Maki, nos referimos a dos candidaturas de peso pesado, que han ganado todas sus campañas.
Eugenio Javier ganó la diputación federal de 2000, al obtener 78,740 votos, superando por 30,214 al candidato panista.
En la municipal de 2001, gana la alcaldía de Victoria con 59,509 sufragios, con una diferencia de 43,386 votos sobre la candidatura azul.
Finalmente, en la elección gubernamental de 2004, Hernández Flores gana con 621,692 votos, superando al candidato del PAN con 282,119 sufragios.
Por su parte, Maki Esther le arrebata al PRI la diputación federal en 2003, con 49,764 votos, 6,749 más que el candidato tricolor.
En 2012 gana su escaño con 549,683 sufragios, superando por 135,513 a las fórmulas priistas.
La alcaldía de Reynosa la gana en 2016, cosechando 82,502 votos, mientras que, en 2018, Ortiz Domínguez se reelige con 151,377 sufragios.
Del historial anterior, destaca su presencia estatal, él con la campaña gubernamental y ella con la senatorial, pero, sobre todo, el kárdex muestra la potencia de su torque en las urnas.
A partir de lo anterior, podemos entender la lógica de su postulación: Eugenio va por el voto del PRI que ha sido maltratado por Cabeza de Vaca y el que rechaza su alianza con el PAN, pero su perfil y carisma también será atractivo para el votante panista y emecista.
Mientras que la candidatura de Maki obedece a la lógica política de convocar a la militancia y simpatizantes del PAN, lo mismo a quienes han votado por ella, que a los haters de los hermanos Cabeza de Vaca.
En este sentido, una candidatura panista al Senado con tufo cabecista, como la de Imelda Sanmiguel Sánchez, favorece a la mancuerna del PVEM.
Sin olvidar que el PAN de Cabeza de Vaca, perdió las últimas tres elecciones federales en Tamaulipas y la ventaja de estar en el poder.
