Los entornos de Messi y Cristiano quieren ganarle tiempo al tiempo y en una carrera sin sentido, intentan colocarse a la altura de Pelé antes que la historia haya dado su veredicto.
La prisa por ser nombrado el mejor futbolista de todos los tiempos tiene toda la pinta de ser otra guerra comercial entre las marcas que les patrocinan y que requiere como estrategia, polarizar las redes sociales.
Pero en el terreno digital, Pelé tiene el partido perdido: no es tendencia, sus cuentas apenas tienen seguidores en comparación con estos monstruos del Facebook, Twitter e Instagram, y su recuerdo depende de los cada vez más escasos relatos de su vida. En pocas palabras, será muy difícil convencer a las nuevas generaciones que existió un futbolista sin followers al que llamaron O’Rei.
A lo largo de su impecable trayectoria, Messi y Cristiano han competido ferozmente en el campo, pero también, ante millones de usuarios que llevan una década lanzando insultos y argumentos insultantes de uno y otro lado.
El último capítulo de esta estéril batalla digital no trata de justificar cuál de los dos es mejor, sino quién de ellos es más que Pelé. Al tratarse de una elección tan personal, subjetiva y marcada por las diferencias de criterio o edad entre generaciones, los equipos de comunicación de Messi y Cristiano llevaron la discusión a la estadística y empezaron a contar costales llenos de goles, dejando sus números sobre la mesa.
Durante las últimas semanas, el medio del futbol perdió la oportunidad de contarle a millones de jóvenes quién fue Pelé. En su lugar, nos hemos dedicado a sumar los goles de los mejores futbolistas de nuestra época, buscando la prueba definitiva para medir su grandeza.
Es tan difícil comparar a Messi con Pelé, como a Cristiano con Messi. Pero en el mundo de las redes, parece que siempre necesitamos un rey, un heredero, un villano, un ganador y un perdedor.