Compraventa. Figo, Zidane, Ronaldo, Beckham, Cristiano, Benzemá o Mbappé, no importa el orden, ni la fecha, los grandes fichajes del Real Madrid en la era post-Santiago Bernabéu tienen un nombre en común: Florentino Pérez. Después de todos estos años es difícil saber si Florentino es mejor comprando que vendiendo, para mí es magnífico en ambos lados del mercado, porque para comprar bien, hay que vender mejor. En el mundo del futbol existe una operación que nadie analiza tan bien como él: se llama rentabilidad. Todas las figuras que han pasado por su presidencia se pagan solas, incluso están amortizadas antes de jugar. A Mbappé, el último en llegar, lleva comprándolo tres años, eso significa que también lleva tres años vendiéndolo con patrocinadores, medios y aficionados generando expectativas, emociones e ilusiones que el Real Madrid multiplica por cien. ¿Quién sigue? Florentino ya tiene el próximo en la cartera.
Programación. Los aficionados al deporte llevamos algunos ciclos olímpicos extrañando, precisamente, las coberturas deportivas de los Juegos: cada vez es más difícil organizarnos para ver sus pruebas, disfrutarlas con tranquilidad y seguirlas sin tener que perseguirlas por las pantallas de televisión. Su transmisión ha sido condenada al “highlight”, al “clip”, al “meme” o al resumen interrumpido por decenas de comediantes, concursos de albures, múltiples secciones descoloridas y una serie de accesorios que convirtieron al espíritu olímpico en un segmento deportivo dentro de un mal show de televisión porque algún idiota dijo: que al mexicano no le interesa ver deporte olímpico durante los Juegos Olímpicos. Este año parece que la cosa cambia y además de ver los Juegos a través de Claro Sports, dormiremos tranquilos sabiendo que al encender la televisión, París 2024 estará abierto por los canales de Televisa, que transmitirán más de 200 horas de competencias olímpicas.