Los tres primeros futbolistas en la lista de los diez mejor pagados en el mundo juegan para el mismo equipo: el PSG.
El número uno es Mbappé, cuyo nuevo contrato le garantiza 60 millones de euros anuales; el dos es Messi, que ha perdido por primera vez en casi una década la etiqueta del jugador más valioso con 57.8 millones; y el tercero es Neymar, que habiendo roto hace tiempo la barrera de los 220 millones de euros convirtiéndose en el jugador más caro de la historia del futbol, mantiene un salario de 36.5 millones al año.
Existen más razones que monedas para entender que el PSG pagó el precio más alto de todos los tiempos por un título menor: la Ligue 1.
El top ten continúa al interior del mercado más grande del futbol con los mejores jugadores de la Premier League: el cuarto es Mohamed Salah, un histórico del Liverpool con 24 millones de euros anuales; el quinto es Cristiano Ronaldo, a quien el Manchester le sigue pagando 23.1 millones; casi la misma cantidad que el City paga a belga Kevin de Bruyne en la sexta posición con 23,0 millones; en el séptimo puesto ya aparece el fichaje estrella del City, el noruego de 21 años Erling Haaland, que cobrará 22.6 millones por año; y en el octavo, con 22.5 millones, tenemos al portero mejor pagado de todos los tiempos: David De Gea, del United.
Los últimos dos jugadores de la lista juegan en España y Alemania: Griezmann, el noveno, cobra 21.5 al Atlético, y Lewandoski, el décimo, cobrará 21.1 al Bayern mientras se mantenga en este equipo.
No muy lejos de los salarios de estos jugadores, o por encima de ellos en algunos casos, están entrenadores como Simeone con 43 millones anuales, Guardiola con 22.6 y Klopp con 17.5.
El futbol europeo sigue elevando las tasas y tipos de cambio en la industria del futbol mundial, pero frente a un horizonte inflacionario de proporciones históricas, veremos si la última burbuja puede resistir.
José Ramón Fernández Gutiérrez de Quevedo
