La escuela. Solo el futbol americano puede robarle reflectores al futbol americano: un deporte que en su versión colegial, llena todos sus estadios, acumula audiencias millonarias y protege tradiciones centenarias. Orgulloso de su escuela, el College tiene la responsabilidad de alimentar a la NFL y la virtud de educarla. Arrasador como espectáculo, el futbol americano de la NCAA no tiene por qué competir con el de la NFL, pero cada temporada está más cerca de convertirse en una de las Ligas más desarrolladas e importantes del mundo. Si el deporte profesional estadunidense está muy lejos del resto, su deporte colegial es inalcanzable.
Estrella. Graduado con honores y reconocido con el trofeo William V. Campbell por desarrollar con liderazgo y excelencia su carrera académica y deportiva en la Universidad de Oregon, el biólogo y mariscal de campo Justin P. Herbert, de 23 años, encabezó la victoria de los Cargadores sobre los Jefes lanzando para 281 yardas y 4 anotaciones en pleno Arrowhead. No se trata de un triunfo cualquiera, Herbert derrotó Mahomes: colocándose en esa exclusiva lista en donde cada temporada, se inscriben un puñado de jugadores que dominarán la NFL durante la próxima década. Criado por los sensacionales Ducks y seleccionado por Los Ángeles, Herbert tiene esa etiqueta de All American Boy que distingue a las estrellas.
Golazo. Ligero dentro de un equipo mastodóntico, el pateador destaca por utilizar los pies para rescatar los partidos que sus compañeros no pudieron ganar con las manos. Patear la pelota es uno de los oficios más productivos, pero menor valorados de la NFL: por cada 6 puntos, al suyo le llaman extra y en lugar de touchdown, ellos anotan un gol. Aunque parece un intruso intocable en el juego, su posición es histórica. Ayer, Justin Tucker, uno de los más efectivos y dominantes del futbol americano, volvió a reivindicar la figura del pateador; dio tres pasos atrás, uno al costado, esperó el centro y le pegó con la precisión de un goleador. El golazo de Tucker, a quien ninguno de los 32 equipos seleccionó en 2012, se convirtió en una de las grandes jugadas de la NFL. El gol de campo más largo de la historia dio la victoria a Baltimore: la gloria.
José Ramón Fernández Gutiérrez de Quevedo