La esencia de Messi. Con diez goles de Messi en siete partidos, el Inter Miami, una franquicia tardía, ganó el primer campeonato de su historia: 5 años, 6 meses y 20 días. El título de la Leagues Cup subestimado por algunos clubes mexicanos, menospreciado por los grandes moralistas de los medios, y ninguneado por un amplio sector de aficionados, es el número 44 en la carrera de Messi: un tipo normal que uniformado de futbolista transforma a cualquier equipo: ha sido campeón en todos los que ha jugado. El Inter, último lugar en la tabla general de la MLS, había marcado 22 goles en 22 partidos; Messi fue esencial dentro, fuera y a un lado del campo causando pánico, admiración o parálisis en los rivales. La miopía, la envidia y la calumnia son síntomas normales del enorme sector “antimessi” que pulula en las redes, a esos millones de usuarios hay que tratarlos con cariño, comprensión y paciencia: han perdido años muy valiosos de su vida hablando con un ordenador.
La esencia del Barça. La Selección Femenil Española de Fútbol, coronada Campeona del Mundo hace unas horas en Sidney, tardó 9 mundiales en alcanzar esta condición histórica, que significan 32 años. Más tiempo tardó el título en los varones que lo lograron después de 19 mundiales, uno de ellos jugado como local, en un periodo de 70 años de historia. En ambos casos hay un común denominador que a pesar de los drásticos desplazamientos de estos campeonatos en el tiempo, coincide en un punto, una época o un momento: la eterna cantera del Barça. De la misma forma que este estilo, cultura y gusto por el juego dieron forma a la Selección Española campeona en 2010, lo han hecho en esta Selección Española campeona en 2023: cada uno de estos cuadros contó con siete futbolistas esenciales de la misma escuela. Es innegable que la estructura formativa del Barça, forjó los cuatro grandes éxitos del futbol español.
