Los años pasan y el asesinato de Elizaberh Short, La Dalia Negra, permanece sin resolver. Y al parecer así seguirá hasta que el caso sea lo suficientemente viejo para que a alguien importe o alguien recuerde.
Como sea, el 15 de enero de 2017, "el Santo Grial de los asesinatos sin resolver" cumplirá 70 años de que la señora Betty Bersinger y su hija de tres años tropezaron con lo que parecía un maniquí cortado a la mitad. No era una muñeca, era el cuerpo mutilado de Elizabeth Short.
Desde entonces las preguntas en torno al cadáver encontrado en un lote baldío de la ciudad Los Ángeles, California, han oscilado entre si era una actricilla mediocre, una estrella del cine porno e incluso prostituta ocasional.
Actriz en ciernes, lo era. Estrella de filmes para adultos o trabajadora sexual ocasional es difícil de confirmar, pues la autopsia reveló que los órganos sexuales de Short mostraban un incipiente desarrollo, incapacitándola para prácticas sexuales que no fueran anales.
A la par del misterio de la personalidad de La Dalia Negra han surgido, sobre todo de la mano de los escritores de true crime, varios sospechosos, uno de ellos, Jack Anderson Wilson, protagonista del libro Severed (Mutilada) de John Gilmore.
De acuerdo con Gilmore, el señor Anderson era un hombre de maldad pura que sabía detalles de la muerte de Short que solo eran del conocimiento de los forenses.
Otro fue William Heirens, quien en 1946 cometió tres homicidios, uno de ellos el de una niña de seis años, cuyo cuerpo mutilado fue esparcido en varias coladeras de una calle de Chicago.
Sin embargo, pese a que era un mutilador, Heirens fue detenido y encerrado un año antes del asesinato de la señorita Short, quien por cierto, de acuerdo con sus amigas, era una ávida lectora de la prensa roja, por lo que leyó toda la información que cayó en sus manos en torno al llamado Asesino del Lápiz Labial.
Ahora, Steve Hodel, un policía retirado de Los Ángeles, explica que "está muy cerca de resolver una serie de homicidios ocurridos en los años 40 [del siglo pasado] en Hollywood, entre ellos el de La Dalia Negra".
En esta ocasión, el ex guardián del orden apunta hacia su propio padre, George Hodel, un médico que murió en 1999 a los 91 años. De acuerdo con Hodel Jr., entre las pertenencias de su finado padre encontró unas fotografías de Elizabeth Short. Eso no tendría algo de raro, de no ser porque el señor George Hodel fue uno de los sospechosos que la policía interrogó cuando el homicidio de la actriz tenía unas semanas de haber ocurrido.
Las indagaciones del ex policía se reunieron en el libro Black Dahlia Avenger; A Genius for Murder, publicado en 2003. En la investigación, el ex policía expresa sus sospechas de que su padre, abortista de profesión, mató a al menos 10 mujeres antes de mudarse a un lugar de Asia a finales de los años 40.
Entre las presuntas víctimas del médico —señala el hijo— estaría una joven de 26 años, Jean Spangler, también aspirante a actriz, que desapareció en 1949 cuando buscaba practicarse un aborto. George Hodel era el único abortista de aquella época en el área de Los Ángeles.
El médico, de acuerdo con su hijo, tenía una habitación secreta a la que no dejaba entrar siquiera a sus familiares. Un análisis forense del suelo adyacente a la habitación resultó positivo en cuanto a restos humanos, añade el ex policía.
Para el Departamento de Policía de Los Ángeles, el caso de La Dalia Negra está tan frío que no se ha tomado la molestia de acudir a tomar muestras al sitio indicado por Steve Hodel, quien dicho sea de paso, también cree que su padre fue el elusivo asesino apodado Zodíaco.
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