Policía

Diablo con disfraz

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En 2018, en la cresta más alta de los arrestos realizados como consecuencia del cotejo exhaustivo de cientos de archivos con material genético, asesinos que llevaban décadas ocultos tras la impunidad de los casos fríos comenzaron a sentir que sus paraísos se desmoronaban.

Grandes monstruos del crimen, de los que el público ni intuía que existieran, fueron aprehendidos, y sus nombres y sus sombrías hazañas flotaron como leños en el agua.

Uno de estos predadores fue Joseph DeAngelo, El Asesino de Golden State, un homicida y violador en serie que cometió 50 violaciones en el norte de California a mediados de los años 70, y mató al menos a 12 personas en el sur de ese estado entre 1976 y 1986.

A finales de enero de este año, un hombre fue arrestado como presunto asesino de cinco infantes, cuyas muertes ocurrieron entre 1992 y 2001. Se trata de Paul Perez, de 57 años, quien fue detenido en la cárcel, días antes de que quedara en libertad de una condena de 11 años que purgaba relacionada con el robo de un vehículo y con la manufactura de armas de fuego.

Las víctimas son los cinco hijos de Perez: Kato Allen Perez (1992), Nikko Lee Perez (1996), un segundo Nikko Lee Perez (1997), Mika Alena Perez (1995), y otra vez Kato Krow Perez (2001). Los restos de los infantes Kato Allen y del primer Nikko Lee han sido recobrados, no así los de los tres menores, pues aún no han sido localizados.

Para el sheriff del condado Yolo, Tom Lopez, “no hay mucho que festejar”, pues dice: “En los 40 años que he trabajado en las fuerzas de la ley, no puedo recordar un caso más perturbador que éste. Revela una maldad indescriptible”. Mientras que para Ed Medrano, del Departamento de Justicia de California: “Definitivamente, no hay lugar en la sociedad para este tipo de crímenes horrendos contra nuestros niños”.

La investigación que condujo al arresto más reciente de Paul Perez comenzó el 29 de marzo de 2007, cuando el arpón de un pescador perforó un pequeño contenedor metálico, sellado, en cuyo interior estaba el cuerpo putrefacto de un bebé. La caja, asimismo, contenía piedras para evitar que el secreto del asesino saliera a flote.

La utilización de la tecnología ADN permitió identificar al infante: Nikko Lee Perez. Más adelante, las autoridades se enteraron que Nikko tenía otros hermanitos, muertos o desaparecidos.

Las investigaciones arrojaron que la saga homicida arrancó en 1992, con la muerte de Kato Allen Perez. La detención de Paul Perez ha ampliado la información. Por ejemplo, los investigadores ahora saben que las víctimas no vivieron más allá de seis meses y que murieron después de ser torturadas.

“No hay víctima más vulnerable e inocente que un infante y, desafortunadamente, este caso involucra a cinco de ellos”, indicó el sheriff Tom Lopez.

Para Jeff Reisig, fiscal de distrito del condado Yolo, “la ciencia y el poder del ADN han demostrado que los monstruos y los asesinos ya no pueden esconderse para siempre”.

Paul Perez se ha declarado no culpable de los cargos que se le imputan, mientras que las autoridades californianas han señalado que buscarán la pena de muerte para un hombre de maldad pura al que califican de “Diablo con disfraz”. 

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@compalobo


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José Luis Durán King
  • José Luis Durán King
  • [email protected]
  • Periodista; estudió en Historia en la UNAM y desde hace más de 20 años escribe la columna de periodismo negro “Vidas Ejemplares” en Notivox los jueves cada 15 días. Autor de los libros Gentiles caballeros del terror, Vidas ejemplares. Asesinos en serie y De la región al mundo.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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