Ciudad de México /
Hoy se va a desplomar la productividad de los mexicanos.
A media mañana encontrarán una falla en la máquina o les faltarán materiales.
Mientras se resuelve la falla no les quedará más remedio que ver jugar a la Selección.
Otros, de plano, se quedarán en casa “por enfermedad”.
Es fácil censurar esa irresponsabilidad; México necesita más trabajo y esfuerzo.
Pero se enciende la pasión que distrae a un pueblo bajo el yugo criminal y las leyes fiscales.
Cada cuatro años se deja embriagar con la distracción de unos cuantos juegos de la Selección.