Política

Alfa y Omega XXVII (Z)

  • Trampantojo
  • Alfa y Omega XXVII (Z)
  • Jorge Fernández Acosta

Zirahuén, placentero sitio de leyendas y encantamientos donde reside la magia. Allí, el misticismo encuentra su espacio a través de la permanencia perenne de la belleza inmersa en el líquido de la vida que emanó del llanto amoroso de la princesa Eréndira, convertida en sirena, tras el desencuentro entre su padre y su amado, el audaz guerrero que reunía los atributos que ella había encontrado en él para ser felices juntos. Espejo de los dioses, que refleja la armonía que lo envuelve rodeado de hadas y céfiros, el lago es lugar de ensoñación y sortilegio donde el bosque hace las maravillas.

Zía es dimensión conocida como signo del tiempo. Entre los navajos representa el simbolismo asociado a su cosmovisión y cosmogonía que se entrelazan para construir su concepción del mundo y de la vida a partir del número cuatro, que se convierte en el referente de la inteligencia sagrada para identificar al sol y a los rumbos cardinales, las fases de la vida, los momentos del día y las estaciones del año. Se constituye por un círculo rojo central que irradia cuatro líneas –dos cortas a los extremos y dos largas al centro- en cada una de las cuatro direcciones axiales.

Zahorí es un personaje mágico que tiene a su cargo la desarrollada sensibilidad para percibir los impulsos electromagnéticos que rodean, bordean y se regodean en derredor de la tierra y en sus profundidades. Mediante la técnica cuasi científica de la rabdomancia son capaces de registrar movimientos de la energía subterránea a partir de la radiestesia. Su labor consiste en detectar, a través de elementos ligeros -como varillas o ramas en forma de horqueta o escuadra- vibraciones emitidas por las corrientes subterráneas de agua o algunos minerales. Es poseedor de una sabiduría ancestral que lo conecta con el fluir del universo.

Mi Zahir transita entre los recuerdos perennes y las ausencias intensas en donde hay más presencias que en la memoria. Mis aventuras relatan inverosímiles tiempos zafirinos. Admonición al futuro que se convierte en obstinación obsesiva al evocar el pasado de un presente perpetuo. Es la entidad de sortilegio que me seduce y su influjo atrae de mí la impaciencia y el ansia de asirla para no dejarla escapar jamás, nunca más. Está allí suspendida como numen fantástico y fantasmagórico que me quita el sueño y es ilusión pura ante la imposibilidad de someterla a los designios de un destino incierto.

Zaratustra, poderoso y sapiente profeta de lo magnífico. Su portentosa voz contenía toda la poesía y el misticismo del universo, lugar donde habita la idea de una fuerza magnánima, única y omnipresente. Principio generador que creó el tributo al Aura Mazda como religión monoteísta que auguraba un destino de certidumbres e igualdades para la humanidad a través de Avestas y Gathas. ¡Oh gran astro! ¿Qué sería de tu felicidad si no tuvieras a aquellos a quienes iluminas? Diría Nietzsche en el premio de su fundamental obra: Así hablaba Zaratustra. Zoroastro alcanzó a vislumbrar la vida más allá de la muerte. 

Jorge Fernández Acosta

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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