El avión presidencial TPOI Boeing 787-8 “José María Morelos” regresó a la Ciudad de México, después de no haberse vendido en territorio Norteamericano.
Dicho avión permaneció en California desde diciembre de 2018, habiendo tenido un costo por hospedaje entre preservación y mantenimiento de aproximadamente 28 millones de pesos.
Es decir, su costo por la estancia en los 13 meses trascurridos fue de más de dos millones de pesos mensuales.
Tomando en cuenta el elevado costo que representa dicha aeronave, y el nulo provecho que se obtiene, por no usarlo para lo que fue adquirido, es decir, para uso del Presidente de la República, (no para la persona en turno que ocupa el Poder Ejecutivo) su comitiva, prensa e invitados, se le puede dar otra dinámica de beneficio a la mencionada aeronave, y de paso evidenciar los excesos, lujo y despilfarro que se daban a costa del pueblo mexicano.
Toda proporción guardada, el castillo de Chapultepec, que fue la residencia oficial de Maximiliano y Carlota, el pueblo sabía dónde vivían, pero hasta que se convirtió en museo se pudo tener acceso a dicho inmueble, y evidenciar la fastuosa vida que se daban a costa de pueblo mexicano.
Ahora bien, en lo que se refiere al arte, existen lugares donde la gran mayoría de las personas jamás podrán tener la oportunidad de conocerlos, como es el caso de la Capilla Sixtina del Vaticano, misma que se presentó, como réplica, en varias ciudades del país, donde Torreón no fue la excepción visitándolo del 16 de marzo al 16 de abril 2018.
Por tal motivo, al avión presidencial se le podría abrir otra área de oportunidad y trasladarlo a varias ciudades del país, y de esa manera mostrarlo al pueblo de todo México, como un museo donde la gente se cerciore el destino que le daban a sus contribuciones.
Pero también el avión Presidencial, estaría en uso constante y no estacionado en un hangar, donde la inactividad de la aeronave lo iría minando con el tiempo.
Igualmente, dicho avión Presidencial podría servir para trasladar al Ejecutivo y comitiva, cuando coincida una gira de trabajo del Presidente con la visita del avión a determinada ciudad.
Además, dicho avión estaría en óptimas condiciones para viajes internacionales, donde el Presidente representa a México, es decir, viajaría a diferentes ciudades del país como museo y en su momento serviría para trasladar al Ejecutivo en los compromisos ineludibles como la reciente cumbre en Davos Suiza.
