Mucho qué procesar sobre una semana histórica en las WTA Finals en Guadalajara. El torneo, que cumplió 50 años pisando por primera vez Latinoamérica, tiene fascinado al organismo que dirige el tenis femenil e incluso a la prensa internacional. Cuando debido a restricciones por pandemia, la prestigiosa competición que reúne a las mejores ocho tenistas de la temporada tomó la arriesgada decisión de llevarse a cabo en la Perla Tapatía, donde Octagon, los organizadores, tuvieron solo ocho semanas de preparación, pocos imaginamos un éxito tan rotundo. Pero la magia de una afición comprometida maravilló a las jugadoras e incluso a las tres leyendas presentes. La históricas rivales Martina Navratilova y Chris Evert fungieron como embajadoras del evento y la fundadora de la WTA e ídolo revolucionara en la lucha por la igualdad de derechos en este deporte, Billie Jean King, decidió de último momento volar a Guadalajara tras ver en las transmisiones el ambiente. Las tres coinciden, el deporte no es en absoluto lo que fue en su época, pero sin duda las tenistas de hoy viven gran parte del sueño que ellas tuvieron. Sobre todo Garbiñe Muguruza. El carisma de la primera española en ganar las Finales y que ya había sido dos veces campeona en el Abierto de Monterrey, conquistó una vez más al público nacional. Alcanzó el tercer título más importante de su carrera, después de dos Grand Slams, y lo hizo de la mano de otra histórica como Conchita Martínez, su preparadora y confidente. Sin embargo, la batalla por igualdad de oportunidades no termina, y mientras los circuitos viven su cierre de temporada con grandísimos reflectores, la industria del deporte blanco ha sido sacudida con la desaparición de Peng Shuai, ex No. 1 en dobles. La jugadora china acusó a un ex alto funcionario del gobierno de abuso sexual en Weibo y desde entonces está desaparecida. La WTA presiona exigiendo respuestas, al igual que grandes estrellas del deporte que se manifiestan en redes con el #WhereIsPengShuai. Si este escándalo no se resuelve a la brevedad, la exigencia debería ser cortar de inmediato los compromisos comerciales con el gigante asiático, donde tienen pactadas las Finales, entre varios otros eventos, de 2022 a 2030. La ATP, que se espere se fusione con la WTA a mediano plazo, debería seguir dicha acción.
Jimena RodríguezDías de revolución en el tenis
- El cuaderno de Jimena
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Jimena Rodríguez
Ciudad de México /