Lo que estamos presenciando podría ser la lucha por un nuevo orden mundial en donde debaten dos bandos cada vez más claramente definidos. Los Estados Unidos como imperio dominante que se resiste a caer, con sus aliados miembros de la OTAN, y por el otro lado Rusia con China de su lado.
El conflicto tiene varios frentes.
1. Se ubica en el territorio de Ucrania. Ambos bandos han respetado sus propios territorios, pues eso desencadenaría una guerra nuclear incontrolable, en donde nadie ganaría.
2. Estados Unidos y la OTAN pelean “fieramente” con sangre Ucraniana, lo cual deja en una situación de desventaja a los Rusos que si tienen un costo en vidas humanas para su propia población. Es una práctica añeja y común de los imperios, nosotros la recordamos y conocemos en carne propia pues Hernán Cortés utilizó Tlaxcaltecas y Totonacas para conquistar y vencer a los Mexicas. En este caso por lo menos el mérito de Cortés fue que él mismo encabezaba los rudos enfrentamientos.
3. Se da también en el ámbito de la propaganda. En donde los países de Occidente que algún día presumían de libertades y derechos humanos, hoy censuran opiniones, información y versiones que contravengan a su verdad oficial. Se censura en Estados Unidos y en Europa por ejemplo la transmisión de Rusia Today y lo mismo del otro bando, la información está censurada.
4. En el ámbito económico, se enfrentan como continuidad de la guerra fría dos sistemas con una variante muy importante. Se enfrentan dos sistemas; un sistema capitalista que se dice democrático y otro sistema autocrático, pero también capitalista. Tal parece que este modelo autocrático capitalista fue sin lugar a duda el ganador del sistema neoliberal, pues China hoy es la fábrica del mundo y por lo visto Rusia también es uno de los grandes proveedores mundiales de gas, petróleo y de otras materias primas como el aluminio y los fertilizantes. Así tal parece que, en una economía abierta como la promovida por el neoliberalismo, prevalecieron los sistemas autocráticos con economías capitalistas, lo cual no es otra cosa que una fuerte intervención del Estado en el manejo de la economía de un país. Así mientras en los países seudo-democráticos se produjo una gran desigualdad, en China se logró sacar a ochocientos millones de personas de la pobreza extrema en veinte años. La esperanza de occidente siempre fue que China avanzaría hacia una apertura democrática, con lo cual podrían hacer prevalecer visiones afines a sus intereses, la verdad es que en este campo prevaleció la unidad que brindó el dominio absoluto del Partido Comunista Chino y en Rusia de la gran personalidad de Vladimir Putin y el pasado glorioso de los aciagos tiempos de la Unión Soviética.
5. Por supuesto en el ámbito militar, en el cual no se sabe a ciencia cierta lo que está sucediendo, aunque podemos ver que Rusia va consolidando posiciones claves en el territorio Ucraniano sin una resistencia efectiva de parte de Estados Unidos y la OTAN.
Veremos qué sucede, si Rusia pierde se convertirá en una colonia más de Estados Unidos y de la OTAN, y China quedará sola y pensará dos veces su invasión a Taiwán. En este caso, el riesgo de un cataclismo nuclear sería inminente, eso hace de esta opción la menos deseable.
Si Rusia gana, estaremos viendo un mundo pluripolar y el declive de los Estados Unidos y de sus aliados, lo cual puede ser más o menos devastador, dependiendo el tiempo y el daño que causen en lo que se tarden en capitular. Para la supervivencia de la raza humana, y para el bienestar y salvación de vidas en especial Ucranianas, esta es y siempre fue la única opción. Capitular y negociar el fin de la guerra, con una visión y actitud de ganar ganar como dicen los emprendedores. No solo es posible, es imprescindible.
Mtro. Jesús Torres Gómez
Profesor de la Escuela Internacional de Derecho y Jurisprudencia.