Política

El artículo laboral 123 de la Constitución Política

  • Areópago
  • El artículo laboral 123 de la Constitución Política
  • Jesús de la Torre T. Pbro.

Desde 1840, o antes, la Iglesia Católica Mexicana, venía siendo azotada por los gobiernos en turno, con ocasión del problema de las relaciones de Iglesia y Estado. 

La tirada del Estado mexicano fue el encontrar una fórmula expresada en lo jurídico, para que la Iglesia le quedara sometida, como una ocupación de su política, y con la tentación de intervenir en hasta en el nombramiento de obispos y cargos mayores en la Iglesia y sus instituciones. 

Porfirio Díaz se decidió por el manejo inteligente de una tolerancia, por la que siempre el hábil político sacaba la mayor ventaja.

Francisco I. Madero dio esperanzas a la Iglesia de un pronto cambio, pero pronto se lo despacharon al otro mundo unos cafres dizque revolucionarios. 

Pronto siguió Venustiano Carranza, que convocó a la redacción de una nueva Constitución y para que saliera el texto como él quería, eliminó de la asamblea constituyente a los católicos, a las facciones de Emiliano Zapata y otros grupos más, pero la Iglesia Católica traía un movimiento social y cívico desde muchos años atrás, con cierto carácter clandestino, pues no se le permitía actuar abiertamente. 

En el campo de lo social, la Iglesia hizo notables aportaciones, que quedaron como conciencia cristiana, pues legalmente nada se le permitía.

En este terreno, tanto la Iglesia, ya ahora también las Iglesias, como el Estado mexicano, han realizado significativos cambios. 

En carta pastoral del Episcopado Mexicano, del año 2010, los obispos mexicanos dicen: 

“A pesar de las hostilidades, la presencia católica quedó profundamente marcada en un ámbito particularmente querido para ella, el campo laboral. 

En efecto, los católicos percibieron con razón el fruto de sus luchas en la redacción del artículo 123 de la Constitución, donde reconocieron la doctrina de la RERUM NOVARUM, que había sido su gran bandera en favor de la justicia social y una patria mejor”(Núm. 49).

El 20 de noviembre está señalado como fiesta de la Revolución Mexicana. 

No han faltado dirigentes políticos mexicanos que, muestran incomodidad por esta conmemoración, cambiando la conmemoración por el día del deporte en toda su amplitud. 

Pero la Revolución Mexicana, con lo bueno y lo malo que en ella se mezclan, no deja de ser un evento nacional que tiene marca en el pueblo mexicano, como la ley laboral, que si bien se han cambiado muchos de sus enunciados, en el fondo, permanece el espíritu de defensa de los obreros mexicanos.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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