Política

“Buen Fin” y aun poco trabajo

  • Areópago
  • “Buen Fin” y aun poco trabajo
  • Jesús de la Torre T. Pbro.

Estamos en el “Buen fin” que es útil para que los comerciantes, prestadores de servicios, financieros, etc., se recompensen por lo que no han ganado, principalmente por la larga epidemia del coronavirus; pero ya se viene exponiendo, por comentaristas sociales, que hay enormes ganadores que se aprovecharon de la pandemia, como si fuera un gran nicho económico, sin otra mira que la de aumentar sus ganancias; por otra parte, quienes viven del salario, muchos recuperaron sus trabajos, algunos a medio sueldo, otros a sueldo completo y de mala gana por los empleadores; a otros muchos les quedan las diversas ayudas que da el gobierno federal.

Como resultado de muchos factores anteriormente señalados, los comercios y servicios tienen su “Buen fin” aceptable. No les va mal. Pero no les va tan bien como lo esperaban. 

La gente tiene trabajo para comprar sus calabazas, frijoles, leche, etc., pero no tiene lo suficiente como para una vida lo suficientemente buena, ya que el salario no es decente, pero se contenta con no morirse de hambre y vestir pobremente.

El trabajo a más de ser una necesidad, da sentido de satisfacción a quien lo realiza. 

Un trabajador con dignidad no busca que le den dinero, sino que le den trabajo y le paguen bien. 

Muchas veces, cuando no se piensa en el bien del pobre, se piensa en sustituirlo por una máquina, que no ejerce ningún derecho más que el que no le falta el energético para que se desarrolle o la luz eléctrica, que es otro energético. 

Así, la fuerza de trabajo humano sufre un descalabro, ya que, en términos de progreso de la humanidad, no es mejor manejar la empresa con robots que con humanos, a los que se les da un salario, y se dignifica la familia con el aporte económico. 

“Dejar de invertir en las personas para obtener un mayor rédito inmediato es muy mal negocio para la sociedad”, dice el Papa Francisco”.

Lo anterior supone políticas públicas donde las posibilidades de desarrollo de las economías de los pobres tengan prioridades en el sistema económico del país. 

Esto es planteamiento que se deriva de la Doctrina Social de la Iglesia, tan poco tomada en cuenta ya que no falta quien piense que si se hace caso a lo que la Iglesia pide, nunca se saldrá de la pobreza. 

Tal modo de pensar no deja de tener perversidad, ya que tal doctrina lo que juzga conveniente es que el bien del fruto del trabajo, beneficie a todos.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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