Política

Surrealismo político mexicano

La actitud que Marcelo Ebrard ha asumido en los últimos días pasará a los anales como uno de los grandes “osos” de la política mexicana. Apenas se puede creer que, quien se dice ser muy experimentado, incurra en esas acciones y declaraciones. Un principio básico de la política y de la democracia es el respeto a las reglas del juego acordadas. No se entiende cómo, teniendo todas las encuestas en contra, aceptó participar en ese proceso pensando que iba a ganar; y que, al darse cuenta que el resultado no le favoreció, lo desconozca y sostenga que estuvo “amañado”. Lo menos que se puede decir es que su conducta es infantil y protagónica; cuando no, narcisista, egocéntrica y desconectada de la realidad.

No está claro qué es lo que jurídicamente está impugnando. Los hechos acontecidos –si bien existieron– son parte del surrealismo político mexicano: mitad realidad y mitad fantasía. El proceso desarrollado no existe en ninguna ley mexicana. Y, el cargo que pretende (“Coordinador de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación”) solo existe en la mente de quienes lo inventaron: no está contemplado en ninguno de los Estatutos de los tres partidos que participaron en el ejercicio. Impugnar eso es como impugnar ante tribunales que el “casamiento” tenido en una kermesse no se ajustó a las formalidades debidas y la novia no reconoce al “esposo” como tal. En todo caso lo que Morena podría hacer es darle a Marcelo el nombramiento pretendido, y a Claudia postularla como candidata; y, asunto arreglado.   

Dice también que va a formar un “Movimiento Político Nacional”, figura que tampoco existe en la legislación electoral mexicana. Si con ello se refiere a constituir una Agrupación Política Nacional, el plazo para dar los avisos e iniciar el procedimiento venció el 16 de diciembre de 2022; y, si de formar un nuevo partido político se trata, el procedimiento solo se podrá iniciar en el mes de enero del año posterior al de la elección presidencial.

Si algo dejó claro la política ficción mexicana, es la necesidad de una reforma electoral que establezca elecciones primarias organizadas por autoridades electorales para elegir candidatos; y que, quienes resulten electos como “coordinadores” o responsables de estructuras o funciones, al interior de los partidos, en procesos previos al inicio del proceso electoral, no podrán ser postulados como precandidatos o candidatos para el próximo proceso electoral.


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Javier Hurtado
  • Javier Hurtado
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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