El próximo domingo habrá de estrenarse en México la figura de revocación de mandato. Será el mal inicio de algo que no debió haberse creado (en diciembre de 2019)para el cargo de Presidente. Está mal diseñada, al menos por lo siguiente:
1.- El cargo de Jefe del Estado, símbolo de la unidad, estabilidad y perdurabilidad de la Nación, no puede estar sujeto a ese procedimiento ( los países presidenciales que la tienen son populistas y /o autoritarios); 2.-Un 3% del electorado no puede ser suficiente para pedir la destitución de un Presidente electo democráticamente (en los países en que existe, el porcentaje de firmas oscila entre el 15 y el 25%); 3.- El 40% de participación ciudadana no puede considerarse para que proceda la destitución de un Presidente (en donde existe, el 50%es el umbral mínimo para su validez); 4.- No existen causales para solicitarla 5.- La "pérdida de confianza" no aplica en un sistema presidencial. La confianza la otorgan diputados en un sistema parlamentario a uno de sus pares para formar gobierno, y cuando quieran se la retiran. En en un sistema presidencial los ciudadanos no otorgan “confianza”, sino mandato. 6.- No establecer que para destituir al Presidente se requeriría al menos un voto más de los que lo eligieron, es totalmente antidemocrático; 7.- Porque si bien por voto popular se puede quitar al Presidente, el pueblo no nombra a quien lo sustituya, sino el Congreso (doblemente antidemocrático); y, 8.- Porque una minoría radical podría alterar constitucionalmente la estabilidad política de una democracia.
Por si lo anterior fuera poco, en esta ocasión la figura de la RM ha sido desvirtuada o hasta prostituida: de ser instrumento de empoderamiento ciudadano, se convirtió en un recurso para fortalecer al gobernante y "ratificarlo" (vaya a usted a saber con qué intenciones).Más de mil 600 millones de pesos de los contribuyentes despilfarrados.
La RM debe ser derogada (y dejarla solo para gobernadores, legisladores y munícipes).En vez de eso, introducir períodos presidenciales de cuatro años (con una sola reelección) y hacer al Presidente responsable políticamente por violaciones a la Constitución. No avalemos algo que no debe existir.
Javier Hurtado