No tengo duda de que El Gran Premio de la Ciudad de México debe ser el evento más relevante para la capital en los últimos años. Con una organización casi perfecta, emoción garantizada y miles de personas que inundan al icónico Autódromo de los Hermanos Rodríguez, la justa automovilística es un escaparate mundial para nuestra metrópoli, de sus espacios, su hospitalidad y su vibrante vida que en estos días se siente en todos lados.
Hoy, el Checo, el ídolo del fin de semana, un joven transparente y profesional, ha hipnotizado a los fans que nada desean más que su triunfo: el legendario autódromo será testigo de una carrera seguramente memorable, empezando por todo el equipo técnico que desde el jueves trabaja intensamente para que el despliegue tecnológico del espectáculo sea impecable y con ello mantener al Gran Premio de Ciudad de México como referente a nivel mundial.
Este fin de semana miles de personas presenciarán el esplendor de la ciudad y de este laureado gran premio, y ello convierte a este evento en la mejor invitación para que el mundo venga a disfrutar de esta ciudad llena de emociones, de gente vibrante y cálida, cuya dinámica social y cultural la vuelven única.
Este, el camino de la promoción de nuestro país y nuestra ciudad, es la mejor política pública para fomentar el turismo, darle un respiro al sector, reavivar la economía y usar a nuestro favor esa gran ventaja competitiva que tiene la Ciudad de México como destino para generar más y mejores empleos.
En los últimos cinco años, la capital del país ha experimentado un boom turístico que la ha situado como una urbe global y atractiva en muchos sentidos. Debemos explotar esos beneficios para hacer de esta ciudad un destino de altura a nivel global. Sin duda, la consolidación de eventos deportivos como la Fórmula 1 son un aliciente inmejorable para la Ciudad de México.
A la par de este tipo de proyectos, la iniciativa privada y el gobierno deben trabajar de la mano para mejorar la oferta hotelera y de servicios, no porque se mala o insuficiente, sino porque si aspiramos a ser un destino turístico de alto calibre, necesitamos atender las áreas de oportunidad para ofrecer los mejores servicios y de la más alta calidad.
Este es el fin de semana de la ciudad, es una fecha para recordar que el mundo también nos voltea a ver, no por una crisis política o económica o por la violencia, sino por nuestra capacidad para hacer las cosas bien, con ello, demostramos que los mexicanos estamos listos para recibir a quien sea en la pista, para vibrar, gritar y sentir; para dar esa vuelta de velocidad y gloria que solamente nuestra mágica ciudad puede ofrecer. Ojala aprendamos esta lección y volvamos a trabajar para volver a ser esa gran potencia en turismo que siempre hemos sido.
Javier García Bejos
