Desde el principio la oposición ha ofrecido un muy sano espectáculo de auto parodia que refleja, sin duda, su baja autoestima. Sin embargo, lo del señor Constitución, Santiago Creel, ofreciendo junto con una conferencia de prensa –junto con toda la camarilla prianchuchista en avanzando estado de putrefacción— con su voz engolada, echando polilla, con un muy torcido sentido de la oratoria, supera cualquier fantasía. Un show melodramático e infinitamente aburrido, salvo cuando Jorge Romero, líder del Cártel, se puso cual Chucky y se hizo la vístima y hasta le rebotaba el copete como a mi licenciado Peña cuando le sacaron lo de la Casa Blanca que, al INAI, ni la vio ni la oyó.
El cónclave opositor sigue creyendo que poniendo cara de toro loco como la del subjefe Diego, les va a redituar en un subidón de rating en las encuestas. Con esos numerazos menos va agarrar la candidatura presidencial que el Señor de los casinos busca desesperadamente, más ahora que Kinky Téllez lo peluseó bien gacho. Cómo estaría la cosa que el barrio que supuestamente lo respalda, se estaba durmiendo a pesar de sus alaridos. Súper de fiaca el Creel cuando a gritos sacó su muy sobada frase de “Si nos tocan a uno nos tocan a todos”, dicho que parece más el grito de guerra para una orgía entre botargas del doctor Simi, que un aullido beligerante para acabar con el mal gobierno. Quién le escribirá los discursos, ¿Amparito Casar?
Que le expliquen a Santiago PRIL que Taboada y Jorge Romero del Cártel Inmobiliario del PAN, tienen una buena cantidad de investigaciones periodísticas y judiciales en su contra, además de denuncias ciudadanas por construir edificios chuecos y desvío de recursos.
De seguro asesorado por su carnalita Sandra Cuevas, Taboada, alcalde de Benito Juárez, fue señalado por mandar golpeadores contra quienes protestaban en su contra.
Así, la oposición se concentra en ataques hueros y sin sustancia. Lo suyo es hacerse las vístimas y esconderse bajo la toga de la Tremenda Corte de la señora Piña. Lo suyo es refugiarse en los muy especuleros reportajes de Loret en Latinus. O sea, creerle a Ladillus es como creerle a Guakala Freaks que es lo mismo, pero más barato. Un periodismo del tipo “¡Los hijos del presidente no viven en una cueva y no andan con taparrabos!”
Díganle a Creel y a Markititito, que pedirle apoyo a Alititito Moreno no ayuda para nada a su credibilidad. Se los va a llevar al baile, guarden este tuit.