De la misma manera en que hay chicas buena onda, también existen vecinos que sin dudar te pagan el predial de tu depa en Miami sin esperar nada a cambio y sin que pudiera existir ni siquiera en sueños algo parecido al conflicto de interés. Es increíble que haya todavía mal pensados que puedan tener pensamientos sospechosistas atrás de una acción de esa enorme categoría moral. Si eres un amigo de verdad, puedes hacer eso y más con tal de servir a los otros, sin importar que se trate de un presidente mexicano que en lo futuro te podría ayudar en alguna licitación a cambio de una casa blanca.
Es como el ex virrey de Michoacán, Alfredo Castillo, que ha sido señalado por no apoyar aunque fuera con unas monedas en el boteo de algunos deportistas mexicanos que no tenían, como nuestro ahora único medallista Misael Rodríguez, ni para el paisaje y menos para el pasaje. En realidad el señor de esa agencia de viajes con capacidades diferentes, la Conade, lo que pretendía con eso era no solo seguir las estrategias de su jefe, el Nuño Artillero, que suele resolver los conflictos magisteriales con granaderos, sino enseñarle a los atletas que la terapia Mireles funciona y funciona muy bien. Por eso hoy tiene derecho, al igual que todos los federativos que casi ni son oportunistas, a colgarse de esa medalla.
Sería absurdo dudar de la política del buen vecino, tanto como pensar en serio que Marthita Debayle pudiera de veras creer que su quehacer cotidiano no es para jodidos como han pretendido hacer creer sus haters (ya ven que lo suyo es el inglés que, según Juanga, es tan fácil que hasta los gringos lo hablan), cuando lo único que ha hecho ha sido darse incesantes baños de pueblo con jabón Zote.
Por mi nivel de jodidez, creo que solo me queda ver televisión para jodidos, como decía el inolvidable Tigre Azcárraga.
Como quiera que sea, y para demostrar que siempre hay gente buena y patriota de esas que le pagarían el predial hasta a los vecinos incómodos, está la admirable Paola Escort VIP. Ella, distinguida representante del oficio de dejar a la clientela con un final feliz, ya le prometió a nuestro campeón de boxeo una noche de copas, una noche loca, para celebrar tan magnífico triunfo olímpico en medio de una triste cosecha de medallas. Mientras todos se cuelgan de lo más pando y no demuestran desde sus instituciones y federaciones deportivas más que mezquindad, ella en toda su intrínseca generosidad, está dispuesta a dar a manos llenas.
Y es que como dice el propio pugilista, héroe de un pueblo chico, infierno grande sin medallas, estas saben mejor cuando se ganan boteando.
A lo mejor tendrían que haber llevado al señor Pierdant o a Osorio Chong para hacer el milagro en Río de Janeiro. Todo lo demás sería populismo.
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