Política

No se murió el humor

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Como diría Manuel Mijares, pero casi, pues no resulta fácil revivirlo a diario. Y para colmo, he visto a los mejores humoristas de mi generación en tiradores de madrazos en vez de pastelazos. Cuando todo es drama y hasta el último gesto es interpretado como prefecto de secundaria, estamos peor que el Atlas. O que la oposición que de todo la hace de tos, incluso cada vez que cae en el tambo un corrupto.

Ya vimos que la sola idea de que la venta de los cachitos de la mafia del avión presidencial pudieran venderse el mismo día del #9M, no importa que al otro día se haya corregido en la mañanera y pospuesto para un día después, bueno, generó más angustias que todas las telenovelas de Amparo Rivelles y Verónica Castro juntas. O sea, ni el coronavirus nos descubrió a tanta gente sensible, mientras dos grandes feministas de nuestro tiempo como Markitititito Cortés y Jelipillo Calderón se azotaban contra las paredes como almas en pena que van arrastrando cadenas.

Igual con el reportero que en medio de su soliloquio cuajado de complós y guiños a Los Polivoces, preguntó con no poca angustia si la Unidad de Investigación Financiera pudiera investigar de dónde venían los financiamientos de las feministas (no fuera a estar la ultraderecha metida en esto) que están empujando el #UnDíaSinNosotras, en un acto cómico-fanático-musical.

O sea, por Dios, aunque hay ahí un montón de oportunistas y feministas, el movimiento es del todo legítimo y necesario. Una vez pasado el día de la lucha combativa, quizá haya que sacar las consignas y los señalamientos de la generalización para acusar, en acompañamiento, a quienes las tienen en ese estado de ciudadanas de segunda: el dueño de la empresa que paga mejor a los hombres que a las mujeres por hacer el mismo trabajo, los maestros que abusan de su poder sobre las alumnas, las instituciones que las menosprecian y los personajes que en particular las tienen sometidas bajo el poder de ese machismo prepotente y macuarro de película del Indio Fernández.

Pasar de la abstracción a visibilizar a los pinchis machos. Ahí tenemos a Sandoval Íñiguez, obispo emérito de Guadalajara, que echando espuma por la boca, sin pudor llama a combatir el feminismo. Casi se agradece que en un país de feministas de ocasión, aparezcan personajes siniestros como este a aceptar que son machistas de la peor ralea.

No se murió el humor, muy al contrario, sigue avivando el deseo a diario.

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@jairocalixto

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Jairo Calixto Albarrán
  • Jairo Calixto Albarrán
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  • Periodista producto de un extraño experimento cultural-social-educativo marxista, rockero, populachero, libresco y televisionudo / Escribe de lunes a viernes su columna "Política cero"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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