Justo cuando uno pensaba que el fantasma del comunismo había sido erradicado de la patria y que de ninguna manera ese virus maldito iba a encontrar en nuestra sangre un espacio para su desarrollo, es a través de los libros de texto que ese maldito bicho, que es peor que el de la Covid, venía tras la mexicana alegría. Agradezco con todo fervor que el señor Javier Alatorre (al que podemos recordar por películas como ”Gatell vs Chabelo” y ”El Chupacabras no es Salinas”) haya salido a advertirnos, apenas histéricamente, contra la pandemia del comunismo.
Mi Javi, consternado, con justa razón, porque los libros de texto no elogian al padrote Massiel, no incluyen al catecismo del padre Ripalda ni a Paco Martín Moreno (ese que quiere quemar morenistas en el Zócalo) y seguramente triste porque no hay ilustraciones misóginas ni clasistas de Pacorro Calderón, Alatorre nos devuelve la posibilidad de añorar la onda cristera medieval.
Por fortuna, Markitititititito Cortes, ese monaguillo de la Santa Inquisición del pinochetismo en éxtasis, llamó a los padres de familia a quemar y romper libros, por hablar de la lucha de clases y de los genitales (le decepcionó que no saliera la de ¡Ánimo Montana!). Un gran muro como el de Trump pero a lo diazordacista.
Así, se apersonó la fina y culta ingeniera Gálvez, que casi casi exigió que le dejaran las matemáticas a ella, sobre todo ahora que con sentido pitagórico alega que 130% es el nuevo 100%. Y además, tiene la ortografía de Vicente Vox.
Y me encanta la idea de que, como en los tiempos de Echeverría, las fuerzas del conservadurismo y la reacción encarnada en Xochibots y Xochitrolls luchan en redes contra los engendros de la hoz y el martillo. Aseguran mientras hacen muecas y echan espuma por la boca que en las escuelas ya no van a bailar el jarabe tapatío si no el katachó, que los acarreados del PRIANChu les van a dar kosakos y no boings, que hay un plan ultrasecreto para que Santa Fake sea ocupado por bases militares soviéticas venezolanizantes. Los camaradas se abalanzarán sobre el Sonora Grill premium, el Costco, el Hunan y las boutiques de Masaryk para construir otro Mausoleo de Lenin.
Estaba equivocado Maussan. Los que bajarán de grandes naves espaciales no serán unos marcianos, serán comunistas que llegarán bailando ricachá junto con maoístas, trotskistas, castristas…
¡Maldita lucha de clases, maldita sea la dictadura del proletariado! ¡Que Alatorre nos proteja, santo Dior!