Reconozcamos que los mexicanos somos catadores de telenovelas. Así hemos atestiguado cómo el género ha involucionado desde los tiempos del señor Telenovela, al salir de las pantallas para instalarse en los escenarios políticos donde la derechairiza en éxtasis ha superado a Cuna de lobos, Muchacha italiana viene a casarse y La fea más bella con Pedro el Escamoso incluido. Quizá de entre las telenovelas prianistas más lacrimógenas destacan la de Xóchitl Galvez contando cómo se hizo multimillonaria vendiendo gelatinas; la de Kike Krauze urgido de apapachos gubernamentales; la de Denisse Dresser haciéndose la vístima porque nadie le reconoce su esfuerzo por quitarnos las cadenas de esclavitud tradicional; la de Laura Zapata haciendo ver a las villanas de Disney cual Bambis jugando con Tambor; la de Calderón llorando junto con Margarita porque no les dieron su partido para seguir medrando.
Un espectáculo deprimente y al mismo tiempo divertido el de la ultraderecha con su espléndido humor involuntario que compite con la Rosa de Guadalúmpen y Lo que callamos los derechairos. Sin embargo, de último momento aparecieron dos grandes competidores en materia de melodrama reguetonero: Por un lado, tenemos a Netanyahu que en medio del apocalipshit afirma que en esta guerra todos hemos perdido algo, y él pone de ejemplo a su pobre hijo que tuvo que cancelar su boda. ¡No puede ser, no se vale, qué terrible! Y por el otro lado, tenemos al capitán de los montajes fallidos, Carlitos Loret, que se tomó cinco días para dar una respuesta a quienes lo cuestionaban por dar shows un poquito ridículos en Los Ángeles. Y bueno, mejor no hubiera dicho nada porque se tiró al suelo, hizo pataleta, y hasta la voz se puso todavía más chillona al acusar a la presidenta que con su espíritu dictatorial lo acosa más que AMLO. #NoMaMarx, un dramononón más dramononón que el de Alitititito Moreno chilloteando mañosamente con los paleros de Alazraki porque, según él, hay un cerco mediático a su alrededor. (Bueno, si dice que con el PRI México sería el único país al que no le pondrían aranceles, las únicas puertas que se le van a abrir son las de la Casa de la risa.) O sea, Madrazo, el jefe de Loret y dueño de Ladillus, tendría que ordenarle que no exagere pues lo único que logra es que se pitorreen de él, en lugar de ganar alguna conmiseración.
Me dicen que la Loca Academia de Lord Montajes se está deslindando de Loret, porque sus patrañas nomas los desprestigian.
