La elección de jueces, ministros y magistrados ha sacado a pasear cosas muy cotorras. Ahí tenemos a un variopinto y folclórico grupo de candidatos que tienen que tomar cursos intensivos de sentido común y de humor involuntario. Dora la Transformadora y Lord Chicharrones, más los que bailan reguetón y arman toda clase de sketches que parecen salidos de una orgía de standoperos, superan casi cualquier fantasía. Pero ni así han podido superar a Xóchitl Gálvez en su infinito caudal de desvaríos en campaña ni a Tumel Chorres apoyando a la señora del huipil y exigiendo que la gente compre dólares. O a la ex procuradora calderonista Marisela Morales, que no quiere que la recuerden como fiel colaboradora del expresichente Jelipillo, García Luna Productions, además de protectora de la señora Wallace que fue la impunidad encarnada. Algo muy comprensible porque esa clase de relaciones peligrosas suelen desprestigiar a cualquiera.
Lo más alucinante es que todavía los representantes mediáticos de la ministra Piña insisten en que el Poder Perjudicial no tiene que ser transformado ni democratizado, aunque ahí tienen a sus cuadros saliendo a hacer el ridi en sus campañas. Bueno, y algunos como el moñero Calderón y Sarmiento sacan a pasear sus instintos más básicos al hacer comentarios machines, que no se permitirían en una vulcanizadora, alrededor de una candidata que se muestra en ropajes ligeros. Y qué decir de Javier Lozano, al que chamaquearon y alburearon gachamente.
A pesar de los excesos del Poder Perjudicial que todos los días ampara maleantes a diestra y siniestra, los derechairos periodísticos nomás no dicen ni esta boca es mía. El caso de la Inés Gómez Mont y Víctor Álvarez Puga es un bocatto di cardinale, como lo reveló el titular de la UIF, Pablo Gómez: a pesar de tener órdenes de aprehensión de toda índole y en países que aún no existen, una juez les permitió el acceso a sus cuentas por 35 mil mdp, pura baba de perico. Pobrecitos, ahora que están huyendo de la ley como los Bonnie & Clyde de los factureros, no se vayan a quedar sin recursos para seguir a salto de mata pero a lo fifí, y de paso seguir invirtiendo en el negocio. Algo que, bien dice la presidenta Sheinbaum, solo se puede explicar por la corrupción.
Esto me recuerda que justo cuando a García Luna le cayó la sentencia por narco en Estados Unidos, a su esposa le descongelaron las cuentas del angelito que le llevaba las caguamas al Chapo Guzmán.
¡Qué maravilla el Poder Perjudicial!