Mientras esperamos noticias del imperio de Cabeza de Vaca que, dicen, fue a ponerle saldo al celular y todavía no regresa (mucha gente maleada piensa que fue a visitar a Ricardo Anaya a su escondrijo secreto, otros que fue a pagar la nómina de Latinus para que Loret aporte lo del mantenimiento de sus depas), veo cómo desde su Olimpo tricolor de probidad y buen gusto, Alititititito Moreno se alza con su torrente sonoro de audios, como un titán del atraco en despoblado. Ya robó, sobornó, extorsionó, malversó y aún así sigue siendo el mejor presichente que el PRIcámbrico temprano podía tener a la hora de convertirse en un zombi político al que no le gusta comer cerebro sino pura molleja. El señor del Botox es el feliz símbolo del partido tricolor; en él conviven Salinas, mi licenciado Peña y la Loca academia de Javidús.
Lo mejor de todo es que Alititititito no sabe cuándo detenerse y mientras es señalado por sus abusos y costumbres, y al borde unas elecciones estatales que según indican encuestas y estudios lo colocarán como el dirigente priista más perdedor de toda la historia, se candidatea para ser el presidente de una cosa que se llama Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina, donde aspira a acabar de desprestigiar a todo lo que ahí pulula.
La influencia del campechano es tal, que el candidato del PRIANChuchista en Durango, Esteban Villegas, reconoce en un audio filtrado y sin claves de por medio, que maneja grupos de choque que soltará el día de la elección.
Una tenacidad que solo se puede comparar con la de Lilly Téllez que, no conforme con hacer un show changoleonístico muy poco elegante (me pregunto qué pensarán los verdaderos fifìs de esta personita fake fifí que con sus arrebatos pone en vergüenza a los fifís de rancio abolengo), llevó al priista sinaloense, Mario Zamora Gastelum, a retar a golpes a Fernández Noroña para defender el honor de tan fina dama. Un perro Oxxo como no hay otro igual (este admirador de Calderón propuso que la gente se pudiera echar dos o tres cervecitas en la chamba), derivado de ver demasiadas películas de los hermanos Almada. Mejor se hubiera disfrazado de Jorge el Bueno para retar a Noroña el malo, uy, qué malo, hay que comprarle su “lión”.
Casi creo que por la verba florida que le caracteriza, a lo que aspira Alito es a pelearle su lugar al Negro del Whats, pero no da el ancho.
Johnny, esos prianchuchistas están bien locos.
Jairo Calixto Albarrán