Estábamos cortando rábanos, unos veníamos otros andábamos, haciendo tiempo para a ver si mis intelecuáles de la vida y del amor por lo menos le sacaban la lengua al magnate sin atributos, Salinas Pliego, para que afloje lo de los impuestos que debe (una bicoca, 43 mil mdp), o de plano le mandamos a los cobradores de Coppel. Digo, está padre ser participativos-coercitivos con la dictadura amloísta que los quiere sacar de su campo de golf de confort, pero podrían mandarle unas cartitas subliminales también a la plutocracia nacional que desde siempre ha sido consentida, mimada y echada a perder por el prianismo en pleno, y está acostumbrada a que le den nomás de entrada tres fobaproas para llevar y uno para comer aquí.
Y ahí están en primera fila los de Cinépolis y Cinemex, mientras guardan bajo el colchón la acumulación originaria de capital que les generaron las palomitas a sobreprecio.
Esos mis intelecuáles, mucho Keynes, mucho Milton Friedman, muchos Chicago boys-bots, mucho Gordon Gekko, pero a la hora buena, al sentir el rigor del capitalismo, exigen rescates, exenciones fiscales y que todo sea llegar y besar al santo, digo, al SAT.
Ahí tienen al bebesaurio de Carlos X González que no sabe cómo gestionar su resentimiento social, pobrecito. Con el primer aterrizaje en Santa Lucía, hizo más berrinches que Manolito Clouthier y Romero Shit, los Gilberto Lozano primigenios.
Y es que nuestros millonetas se creen la divina garza envuelta en huevo, como el góber precioso, Mario Marín, hasta que le dieron su orden de aprehensión en toda regla. No puede ser, él que se sentía el rey de un mundo guarro con Kamel Nacif y Succar Kuri, los antihéroes de esta película de pederastas, papá.
Bueno, si no pueden patear el pesebre, amikos intelecuáles, tan siquiera díganle algo al ex presichente Jelipillo que ha traicionado a su fanaticada. En un video que anda de red en red, queda en claro que en el 2006 prometió que haría lo que hoy justamente está haciendo AMLO en materia energética, lo mismito, tan así que en vez de acusarlo de populista debería acusarlo de plagio. Claro, Jelipillo nomás hizo una bardota para una refinería que nunca existió y que solo sirve para anunciar los conciertos del Buky, Los Ángeles Azules y Popopopopolymarchs.
Camaradas intelecuáles que aseguran que las enchiladas suizas saben mejor viendo jugar a Roger Federer, es bonito el encaje, pero no tan ancho.
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@jairocalixto