Pues que en la Argentina ganó la ultraderecha ocultista, fanática y videlista, encarnada en la insólita persona de un tal Javier Milei, que es todo show, melodrama y pelucón a lo Donald Trump. Un candidato que reúne en su personalidad estrambótica, rocambolesca, maniacona y mafufa, mucho de la mexicana alegría opositora: el Creel dramático y llorón, algo del ChikiliQuadri clasista y cilindrero, harto del Calderón de las fakenews y voxismo, muchito de Vicente Vox delirante e ignaro, la mirada de toro loco del subjefe Diego, los arrebatos autoritarios y egomaniacos de Sandra Baticuevas, el muy torcido sentido justiciero de la señora Piña y Luis María Aguilar,y el anticomunismo primitivo y cavernario de Claudio XXX.
Un personaje que desprestigia a los payasos, cuajado de delirios y fanatismos, que aprovechó el caos y el desorden para establecer su agenda salvajemente neoliberal y pinochetista, profundamente medieval, cavernicolita, que se autodenomina anarco capitalista.
A Milei lo apoyaron los más abatidos por las crisis económicas, el mismo proletariado que va a subyugar. Aún y a pesar de ser hiper histriónico y plúmbeo, que augura re rerepresión, atraco en despoblado, cizaña y depredación, así como densosretrocesos sociales que ya le producen orgasmos a Gilberto Lozano de FRENAAA, a Santi Abascal de Vox y al PRIANChu.
El ultra derechairismo en tachas salió a felicitar a éste diletante enajenante en la figura tranqui y siempre serena de Kinky Téllez, a la que se unieron una serie de politiquillas y politiquillos muy menores del Frente y los típicos Paleros de Alazraki. Gente que confunde a Paco Stanley con Paco Stalin. Al parecer uno de los discursos que más animaron a estos emisarios del Yunque fue cuando Milei saludó a la izquierda con una frase para la historia: “¡Zurdos, hijos de puta!”.
Aunque claro, detrás de la aparatosa felicidad que expresaba la señora Téllez por el tal Milei, se le notaba un dejo de envidia, pues a ella me la bajaron a huipilazos de la carrera presidencial. De una manera un poquito más grosera que la muy manchada terapia que le aplicaron a los Chuchos del PRD.
A ver si cuando los argentinos se den cuenta de que se están echando un alacranzote al bolsillo, Milei no se queda más solo con su soledad que Xóchitl Gálvez en el aeropuerto.
Seguro que por culpa del comunismo al que abomina, los mercados saludaron a Javier Mileicon la enésima devaluación del peso argentino. ¡Boludo!
