En vez de pedir por la paz mundial, el cese al fuego en Gaza o el alto al calentamiento global, en el Xóchitlverso lo que le pidieron al Niño Dios fue más rabia, más clasismo y más anticomunismo primitivo. Es como si se estuvieran preparando para una guerra con marcianos rojillos e izquierdosos que vendrán del hiperespacio a poner un Tren Maya de la Isla Mujeres a Alfa Centauri.
La cosa es que lo exigieron con tal fervor, que los Xochibots recibieron en su arbolito navideño exactamente lo que deseaban y hasta un poquito más.
Por eso en las redes sociales, ya entrada la tarde del 25 de diciembre cuando empezamos a despertarnos los mexicanos después de una noche de intensidades familiares y de sobredosis de bebidas y alimentos, comenzaron a aparecer manifestaciones realmente maníaconas de resentimiento social fifisáurico. Lo primero, gente que ante la imagen de un viajero sonriente en el Tren transoceánico, con un Amlito de buen tamaño, se puso como loca y vomitó los tuits más degradantes y animalescos posibles, asumiendo que ese señor no trabajaba, ni tenía problemas y que vivía de gorra gracias a las dádivas de la Cuatroté.
Luego los falsos fifís con señora copetuda incluida, se cebaron sobre que el Costco estaba tan democratizado que ya admitían a un montón de nacos que apoltronaban en las cajas para pagar.
Ya lo más alucinante fue que le reclamaban al Noroñas por haberse ido de viaje a Italia como si su único destino posible era irse solo a Tepetongo a tepetonguear. Y que ese periplo fuera posible porque se robó dinero de las arcas de la nación. O sea, perdón, pero dada su condición de legislador puede darse ese gusto personal sin ningún problema y sin la necesidad de atracar al estilo Vicente Vox, Calderón o Peña Nieto cuya vida de pachás nunca les son reclamadas ni con las cejas levantadas por el sector opositors.
No solo suena pinchi sino producto de un malestar muy primitivo e infantil. Y absurdo porque podrían ponerle un poquito más de neurona al asunto, dejar de lado las nimiedades y comenzar a construir un plan verdaderamente sólido para el futuro que se les viene muy oscuro.
Digo, por mí que sigan chapaleando en estos lodos, pero sí da grima que en la Opo sean incapaces de ver más allá de lo evidente. ¿Qué les cuesta poner a trabajar a todas esas mentes supuestamente brillantes que están en la nómina para hacer menos el ridi del ridi del ridi.
El cuentachilismo derechoso es chistoso, pero también muy tenebroso.