La idea de generar fuentes laborales sembrando árboles frutales y maderables en zonas expulsoras de México y países de Centroamérica para evitar la migración hacia Estados Unidos es una alternativa concreta.
Aunque no es una respuesta para todos los hombres, mujeres y niños que desean una mejor calidad de vida ante los problemas económicos y de violencia que se presentan en sus comunidades, es un comienzo para detonar la economía y que mejoren los ingresos familiares.
La idea del gobierno de México que encabeza el presidente, Andrés Manuel López Obrador, para extender el programa social Sembrando Vida a Centroamérica es una propuesta que puede ser una alternativa para pobladores que, actualmente, no tienen fuentes de trabajo.
La propuesta del presidente mexicano pretende que los pobladores se mantengan ocupados durante tres años plantando y cuidado árboles frutales y maderables como cacao, café, caoba y cedro. De forma posterior, los trabajadores podrían tener derecho a una visa de trabajo temporal de seis meses para ir a Estados Unidos y regresar seis meses a sus pueblos.
El proyecto se expondrá al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien podría optar por respaldar la propuesta con recursos económicos, ya que es una mejor alternativa si se compara con la construcción de un muro fronterizo que impulsó su antecesor Donald Trump.
Es complicado que Estados Unidos decida otorgar visas temporales de trabajo a quienes deseen migrar; sin embargo, colocar recursos para detonar fuentes de empleo en zonas expulsoras es una alternativa para contrarrestar la salida de pobladores que buscan cumplir con el llamado sueño americano.
En México, el programa Sembrando Vida contempla la plantación de mil millones de árboles, frutales y maderables, en una superficie de un millón de hectáreas, con la creación de más de 400 mil empleos directos.
La idea del presidente de México es que las acciones de ayuda al medio ambiente y la siembra se traduzcan en sentimientos de arraigo de las personas a la tierra, a su lugar de origen. Ante ello, el reto no solo es que la población cuente con una ocupación, sino que reciba ingresos que les permitan mejorar su nivel de vida.
El tipo de cambio es un factor en contra porque, en la mayoría de las ocasiones, quienes quieren dejar su país, piensan en que en Estados Unidos ganarán en dólares por hora, sin tomar en cuenta que los gastos son altos. Aunque el programa no es una solución total a la migración, es un plan que puede dar resultados.
Jaime Zambrano