De una u otra forma, en cada uno de nosotros corre sangre con espíritu de migración, ya sea porque nuestros ancestros salieron de sus comunidades de origen hacia un mejor lugar para vivir o porque, en la actualidad, estamos buscando o ya encontramos en otras latitudes, oportunidades para el crecimiento personal, profesional y hasta familiar.
En este 2022, año enmarcado por la reactivación económica y el regreso de la movilidad social luego del confinamiento provocado por la pandemia de la covid-19, la migración es un tema actual y que presenta innumerables retos y rostros de necesidad.
Al comenzar el segundo trimestre de este 2022, los poblanos que salen en busca de una oportunidad, al igual que los centroamericanos y los habitantes de diferentes países, está en aumento.
Los flujos migratorios están creciendo con personas llenas de esperanza de que encontrarán mejores oportunidades en economías como la de Estados Unidos donde se implementaron medidas para agilizar la vacunación contra la covid-19 y donde se aplicaron diferentes estrategias para la reactivación.
Al mismo tiempo, las detenciones de migrantes en condiciones de hacinamiento viajando en camionetas y tractocamiones aumentan. El 13 de abril, el Instituto Nacional de Migración reportó la detención de 72 personas migrantes extranjeras que eran trasladadas sin agua ni ventilación, en la caja de una camioneta que circulaba por avenida Símbolos Patrios, en la capital del estado de Oaxaca. Un día antes, fueron descubiertos 133 migrantes que viajaban en la caja refrigerada de un tractocamión localizado en la carretera estatal 75D, en el tramo Río Verde-San Luis Potosí.
La semana santa es una oportunidad para mirar a los semejantes como seres humanos con sueños y planes sin importar su lugar de origen, su estatus migratorio, su color de piel, posición económica o experiencia laboral.
Es momento de pensar en quienes están en los márgenes de la sociedad, como lo dijo el Papa Francisco en la misa con motivo del jueves santo, los migrantes y los refugiados, quienes están pasando por momentos complicados.
Es momento de que la sociedad exprese su solidaridad con quienes están enfrentando momentos complicados y con quienes están buscando una mejor realidad en un lugar diferente al que nacieron.
Al final, la migración es una alternativa para poder colocar la mirada en un nuevo lugar y para hacer nuevos enfoques sobre la vida. Todo mundo tiene derecho a imaginar, planear, soñar y pensar en una mejor realidad en otro punto del planeta.
Jaime Zambrano