El gobierno de Estados Unidos aplicó durante la gestión del presidente Donald Trump una política que desencadenó en la separación de cientos de familias migrantes. Los menores se quedaron en territorio norteamericano; mientras que los mayores de edad, entre ellos, padres, madres y hermanos, fueron expulsados a sus lugares de origen.
Sin tomar en cuenta los lazos familiares, la gestión del anterior presidente norteamericano aplicó expulsiones de migrantes de forma inmediata, situación dolorosa porque no se tomó en cuenta el sentir de los menores de edad que se quedaban alejados de sus padres.
Información del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS, por sus siglas en inglés), revela que, tras investigaciones y luego de revisar información que fue separada durante la gestión de Donald Trump, se determinó que, hasta ahora, tres mil 924 menores, en su mayoría centroamericanos, fueron separados de sus familiares en la misma frontera.
Ante la dolorosa medida, la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU) presentó, en su momento, una demanda para detener la política de separación por parte de las autoridades norteamericanas. Ante dicha medida, las autoridades buscaron emendar su error y parte de los menores afectados fueron localizados y reunidos con sus familiares.
Organizaciones no gubernamentales y defensores de migrantes detectaron que las separaciones de las familias comenzaron antes de que entrara en vigor la medida y continuaron pese a un amparo que interpuso la ACLU.
A pesar de los esfuerzos por reunificar a las familias, en la actualidad, de acuerdo con datos del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, casi mil menores de edad se mantienen sin ser reunificados con sus familias.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, emitió al inicio de su gestión, un decreto en el que se estableció un grupo de trabajo para reunir a los menores con sus familias; sin embargo, todavía hay menores de edad separados de sus padres.
En la actualidad, queda trabajo por hacer para atender las heridas generadas por las decisiones políticas contra los migrantes. La separación es una de las acciones más dolorosas y bajo ningún argumento, las autoridades pueden aplicar acciones que lastimen los derechos de los menores que, sin importar su estatus migratorio o lugar de origen, son el presente y el futuro de la humanidad.