En medio de la pandemia de covid-19, en Estados Unidos se realizaron 1.7 millones de detecciones de migrantes indocumentados a lo largo del año fiscal 2021, una cifra récord en la historia del país vecino del norte.
De acuerdo con investigaciones realizadas por Paz Consuelo Márquez-Padilla, integrante del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el incremento de las detenciones se presenta en medio del alza del número de quienes buscan ingresar a territorio estadounidense de forma ilegal.
Las consecuencias arrojadas por la pandemia de la covid-19 en los países latinoamericanos y de otras latitudes del mundo generaron precarización, violencia, inseguridad y crisis económica. El panorama complicado se tradujo en una mayor salida de migrantes de sus comunidades de origen con el deseo de alcanzar una mejor realidad en Estados Unidos.
En particular, se registró una mayor salida de pobladores de países como Haití y Venezuela, seguida de Guatemala y Honduras. La detención histórica de personas sin documentos que acrediten su estancia legal se presenta tras el endurecido discurso contra los migrantes en la administración de Donald Trump, la implementación del programa “Remain in Mexico” que obliga a los solicitantes de asilo a esperar el trámite México, así como el Título 42 Norma de Salud Pública empleada para devolver a las familias que llegan a la frontera por riesgo ante la pandemia.
En su análisis, Márquez-Padilla destacó que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden imprimió un lenguaje más suave y, de alguna manera, dio la bienvenida a los migrantes, quienes, en muchos casos, consideraron que era el momento ideal para irse a en busca del llamado “sueño americano”.
De alguna manera, los migrantes malentendieron que la denominada protección temporal, el programa “Remain in Mexico”, no era para quien busca ingresar por primera vez, sino para el migrante ilegal que ha estado en la unión americana durante algún tiempo.
De acuerdo con la investigadora de la Unam, Biden ya no quiere hablar de la protección de los migrantes ni de la trayectoria a la ciudadanía que prometió y todo se quedó parado en el Congreso porque no desea que los Republicanos cuenten con una bandera para recuperar el parlamento.
Al final, la posibilidad de una reforma migratoria en el país vecino del norte se aleja; además, de forma lamentable, todo indica que continuarán las acciones para detener en la frontera a los migrantes que solo buscan mejores condiciones de vida.
Jaime Zambrano