Hubo una vez un ranchero burdo, iletrado, corriente, rasposo… que aspiró a la presidencia de México. Su desparpajo logró conectar con los electores. Fue tan exitoso ese método de comunicación que el ranchero llegó a la presidencia, no porque sus discursos tuvieran sustento, ni porque estuviera preparado para gobernar; sino porque el pueblo estaba hasta el copete de saqueos, contubernios, nepotismo y corrupción, impuestos por los PRIcámbricos que explotaron nuestro país durante 70 años consecutivos.
Una vez instalado en el poder, el hombretón, muy macho en apariencia, resultó ser mandilón. Su cónyuge gobernaba tras bambalinas. Sus seis años gobernando en mancuerna fueron un fracaso. A los primeros minutos de instalados en Los Pinos compraron toallas de 400 dólares y otros costosos enseres a costillas del erario. El “Toallagate” fue el primero de muchos escándalos durante la presidencia de los Fox-Sahagún.
En estos momentos está surgiendo la segunda versión de Fox: el destape de Xóchitl Gálvez. Ella se ostenta como indígena pretendiendo ganarse la simpatía de los mexicanos crédulos para llegar a la presidencia de México.
Desde la semana pasada, cuando la convencieron de participar en las precandidaturas, el numerito ya estaba cuajado. Las cúpulas empresariales representadas por el tal Claudio X. González, decidieron que ella será la mera mera, porque coincide con sus interese$. Apoyarán su campaña para sentarla en la silla invirtiendo recursos multimillonarios como los que invirtieron con Calderón; después recuperarán su inversión. Tontos no son.
Curiosamente quienes la alaban —porque de eso se trata— exageran sus logros conquistados en el transcurso de su tortuosa vida. Xóchitl no oculta ser corriente y malhablada, afirma no tener pelos en la lengua; tratándose de ella, eso es peccata minuta, está en su naturaleza. Se dice que es muy entrona, confunden entrona con majadera. No vayamos a irnos con la finta como sucedió con Fox. Pensémoslo bien.
Llama la atención la difusión que de la noche a la mañana la recién destapada ha tenido en todos los medios, incluidas las redes sociales. En sus fotografías recientes luce joven, peinada y maquillada, eso es la “magia” del Photoshop, convierte a la gente en lo que no es, le cambian su apariencia original para además, en su caso, hacerla lucir “bonita”. Su metamorfosis ya empezó.
Colofón
De ahora en adelante veremos a una versión de Xóchitl Gálvez retocada y maquillada, vayámonos acostumbrando.