¡Todos tenemos un héroe!
Recordemos el estrés de la primaria, no por sacar buenas calificaciones, sino por el simple hecho de pertenecer a un grupo social, ya fuera el de los populares, el de los feos, inteligentes, ñoños, al grupo fantasma (el que hacía todas las travesuras, pero nunca sabían quien era el culpable) y así podríamos seguir mencionando. Pero, ¿qué pasa cuando eres el único de tu generación, el único de tu escuela con una característica diferente? Tienes autismo.
Así le pasó a Bo, un niño de sexto de primaria, que a la edad de 8 años se le diagnosticó con autismo, sin embargo quiero suponer que esto no le impedía ir a una escuela como cualquier otro niño, pero había un problema, no tenía amigos y su mamá estaba muy preocupada porque sabía que su hijo siempre comía solo a la hora del lunch.
No fue hasta hace poco que Travis Rudolph un jugador de futbol de la Universidad del Estado de Florida (FSU) visitó la escuela de Bo. La conmoción corrió por todos lados, iban a tener a un jugador reconocido en las instalaciones, todos estaban emocionados.
Llegó la hora del lunch y como cualquier niño te mueres de ganas porque tu héroe se siente contigo, sin embargo para Bo ese era un día normal, llegó al comedor con su lonchera y se sentó solo, quién iba a suponer que en ese momento la vida de ese niño iba a cambiar.
Travis con sus dos pedazos de pizza vio a un niño comiendo solo, tomó su plato y se acercó a Bo, le preguntó si se podía sentar con él, y con la simpleza de un niño de sexto de primaria que no tiene amigos y que es autista, la respuesta fue sencillamente un "sí".
Después de esto Travis se ha convertido en un héroe para la mamá de Bo, porque finalmente su hijo tuvo con quien platicar a la hora del recreo; un acto tan sencillo cambió la vida de Bo, ahora a la hora de la comida su mesa está llena de niños de su edad que quieren platicar, porque se ha convertido en el chico popular.
En ese momento, me di cuenta que un acto tan sencillo cambió la vida de la mamá, de Bo y de todos los alumnos de esa escuela, porque su acción no pasó desapercibida por nadie, nos ha enternecido este acto y nos ha hecho recordar que en ocasiones un pequeño acto...
¡Puede cambiar la vida de muchos!
