Abundando en la técnica que ayude a poder desarrollar la habilidad de enfrentar situaciones o crisis en las que se pone a prueba la voluntad, la entereza y el carácter, continuaré con las cuatro fortalezas a desarrollar a fin de incrementar la Resiliencia.
Creer en ti: Dice un refrán que nadie puede dar lo que no tiene. Si tú eres el principal saboteador de tus ideas, proyectos o planes, difícilmente se cumplirán. La triada de “un pensamiento, genera un sentimiento y un sentimiento genera una acción” es muy cierto. Así que, si crees que lograrás salir de esta crisis, que alcanzarás tal o cual meta, esta invariablemente se cumplirá. Pero el creer en ti y tus capacidades es clave en este proceso de construcción de resiliencia.
Sentido del humor: Reírse de la vida y no tomarnos la vida tan en serio, puede ser un medicamento muy poderoso para que los problemas, lejos de derrotarnos, pueda ser un momento para reírnos de nosotros mismos y crecer. Algunos consejos para desarrollar le sentido del humor podrían ser: haz pausas entre tú día y lee un buen chiste que te haga reír, sintoniza stand ups en redes o TV y, haz del humor un estilo de vida. También puedes bromear con tus amigos en lugares y momentos adecuados, entre otras cosas, que ayuden a desarrollar el sentido del humor.
Aprender de las adversidades:
A veces esos que llamamos problemas son más bien retos, si, retos que la vida o que tú inconscientemente te pones para crecer. Comento en mis conferencias que no tendrás un problema tan grande, en el que no tengas la misma grandeza para salir de él. Es decir que, si tuviste la capacidad para meterte en un lío, tú mismo descubrirás la fuerza e inteligencia para salir de él. Conocemos gente que luego de un golpe duro, se convierten en mejores seres humanos, gracias a esta filosofía.
Actúa: La situación adversa tal vez te ponga a prueba de tal manera que tendrás que hacer un alto repentino en tu camino y reflexionar y analizar las posibles soluciones, sin embargo, no es recomendable quedarte quieto o paralizado, pon a prueba inmediatamente las respuestas y ejecuta el famoso “ensayo y error”. Lo peor que puedes hacer es quedarte inmóvil y perder la oportunidad de que la crisis te enseñe algo.
