Violencias, en plural, miedos, impunidad, crueldad y lo inenarrable en actos delincuenciales que inundad espacios públicos y privados en Guanajuato. No hay un solo municipio o territorio que sea excepción, si alguien señala lo contrario, miente o desconoce, o bien.
Hace rato las autoridades municipales, y otras tantas, debieron haber pedido nuevos posicionamientos a sus áreas de prensa, sus comunicados no comunican más que su desconocimiento, les desnudan en sus frivolidades y falta de empatía, al tiempo de situarlos como mentirosos de una realidad concreta que denuncian las víctimas. En los últimos años tengo la certeza de que las áreas de comunicación de los 46 municipios están más ocupadas en ubicar eufemismos para nombrar la violencia que sus gobiernos por atenderla, en ambos casos fracasan: No falleció, la mataron. No murió, la mataron… ¿lo lamentan? Cuesta creerlo
- El pasado martes, casi un año y medio después, llegó una esperada sentencia para el feminicida que muy difícilmente hubiera ocurrido de no haber existido ese video que de manera puntual dejó evidencia de la forma en cómo asesinaron a Milagros, y con ello, la forma en que muchas otras mujeres, sin evidencia para acreditarlo en esos términos, han sido violentadas y asesinadas en vía pública. Terror cotidiano, ignorado y silenciado.
- La presidenta municipal en aquel año, y reelegida en cargo Alejandra Gutiérrez, declaró en aquel momento: “se debe de llegar hasta las últimas consecuencias”. Su declaración, entonces como ahora, la situaba con una mirada de distancia respecto a su responsabilidad y la gravedad de los mismos hechos. Así se ha mantenido, lejana, muy lejana.
- Después de Milagros una lista de nombres se agrega a los feminicidios ocurridos en León. No todos con fuerza mediática, no todos con videos para avivar la exigencia de una opinión pública que, pasada la urgencia, regresa a la calma.
¡Sí ya sé! también en varias partes del país, y seguramente del mundo, están presentes delincuencia, violencias y atrocidades de todo tipo ¡reniego desde ahora de esas narrativas cargadas de pereza mental! Les adelanto a quienes pretender desacreditar o minimizar mí y nuestro enojo por lo que ocurre en Guanajuato con el (no) argumento de que en otras partes “están peor” o “que estamos exagerando”, advierto que en el momento en que caigamos en esta provocación discursiva de recurrir a comentarios tan comunes como poco reflexivos corremos el riesgo de ser parte del problema, de minimizar lo que es incuestionablemente grave, y peor aún, de asumir con resignación que el problema es de otras y otros, “de los malos” y “de quienes lo merecen”, “a nosotros no nos va ocurrir”… hasta que nos ocurre. Y entonces volteamos a ver a quienes pensábamos exageraban o mentían para desacreditar a un gobierno, como si esto de las violencias y las vidas arrancadas fuera un tema “de prestigio de los gobiernos”.
Así no es. Nunca ha sido así. Las historias han sido mal contadas para recrear una sensación de paz con verdades y mentiras a medias, “antes estas cosas no ocurrían”. Los placebos narrativos se agotaron. Lo que antes nos presentaron a distancia hoy está entre nosotros, seamos conscientes de ello o no. La multiplicidad de medios de comunicación que tenemos para acceder a lo que ocurre ha roto la hegemonía de quienes antes nos informaban “que todo estaba bien”, que la violencia estaba situada lejos de nuestros espacios “aquí es seguro, Guanajuato es seguro” … ¿en qué Guanajuato viven?
El pasado martes en Celaya, Katherin Michel fue agredida por un sujeto. En video que quedó como evidencia de la agresión se aprecia la luz del día, el tiempo que el sujeto tuvo para actuar y la ausencia absoluta de algún elemento de la policía local. En su paso a realizar denuncia la chica no topó con ninguna autoridad local, hasta que se viralizaron los hechos. La siguiente parte de la historia conocida se completa con su arribo a las instalaciones de una Fiscalía que le informa “no hay delito que perseguir”. Ella denuncia a los medios y entonces es atendida como debió serlo desde un primer momento. Así funciona el acceso a la justicia en Guanajuato.
- En el video podemos confirmar lo que hemos denunciado, las mujeres en los municipios permanecen en la orfandad de autoridades locales que identifiquen de que hablamos cuando señalamos cero tolerancia a la violencia, la importancia de la proximidad, botones de pánico y presencias de las policías locales, etc.
- El municipio de Celaya, hace rato permanece como un territorio en guerra donde los cuerpos de las mujeres son cotidianamente vulnerados. Durante el actual gobierno, el que encabeza Juan Miguel Ramírez, tampoco ha destacado en su actuación a favor de erradicar la violencia contra las mujeres, pese a que su llegada está estrechamente vinculada al asesinato de la entonces candidata Gisela Gaytán. Ya se les olvidó.
Hay atrocidades que se mantienen en un pasado que dan cuenta que esa ficticia “paz de antes”. La violencia familiar ahí ha estado, las violencias a las infancias han sido esos grandes silencios, las agresiones y feminicidios a mujeres niñas en espacios privados y públicos lejos están de ser una práctica reciente…Nada es producto de una modernidad, siempre han existido, solo que hoy a fuerza de lo innegable nombramos. A fuerzas de las exigencias, denunciamos y visibilizamos. Habrá quienes apenas comiencen a enterarse y a tomar consciencia de estas violencias, y ello no significa que esto no haya ocurrido antes, significa que esa persona comienza a asomarse al mundo con sus propios ojos o que alguna de estas realidades, antes “de otras y otros”, les ha alcanzado.
En una sola semana, nos hayamos enterado o pretendamos ignorarlo, en distintos puntos del territorio estatal ocurrieron varios hechos y eventos que atraviesan el dolor, la indignación, e incluso, la desesperanza. No hay espacio escritural que alcance para nombrar y denunciar de forma justa un mundo de violencias y tragedias que, aunque ya cotidianas, no debemos, ¡no podemos naturalizar! Hace rato han debido ser nota principal y no materia de una nota roja que solo abona al escarnio, al morbo y la incomprensión de una violencia que tiene sus causas.
- Mateo Santiago de 12 años desapareció el pasado martes al salir de la escuela ¡también en municipio de León! Desde el primer momento su familia denunció a las autoridades. La mamá de Mateo señaló que hubo errores de parte de las autoridades de la Fiscalia en la primera ficha de alerta Amber. No hay errores menores en este señalamiento, hay descuidos reiterados que al ser denunciados nos remiten a este enojo cuando señalamos la revictimización de las victimas como política de estado.
- El viernes por la tarde, tres días después de su desaparición, y posterior a una intensiva denuncia por parte de familia, presencia en redes sociales y medios de comunicación compartiendo su búsqueda Mateo va ser localizado sin vida. Mateo fue asesinado y se presume violentado sexualmente de forma previa.
- La reacción de la familia, de la madre de Mateo, negando las primeras noticias sobre el hallazgo del cuerpo del menor, indican que probablemente la familia se enteró del desenlace por los medios de comunicación, cero protocolos de acompañamiento y respeto a las víctimas. Más tarde la familia confirmará que se trataba de su hijo, en ese momento la trágica noticia ya tendría varios minutos en varios espacios de información.
De algunos hechos conoceremos gracias a su fuerza mediática de las redes sociales, a la denuncia social potente. Violencia que hoy se denuncia, asusta y aterroriza, y que mañana podrá ser sustituida en la memoria colectica por nuevas tragedias, la memoria social se satura y selectivamente se va sustituyendo. De todo lo que conoceremos que ocurre en calles y hogares, habrá un mundo de cifra negra en espacios tan precarizados que lo que “ahí ocurra” no alcanza para un ruido colectivo. Luego entonces lo que no conozcamos alimentará esa sensación a la que resistimos y abrazamos al repetir “aquí no pasan situaciones tan graves”. Pero sí pasan, ahora mismo están ocurriendo eso tengámoslo por cierto.
PD. Con el hallazgo del cuerpo de Mateo, a manera de un habitual y burdo reflejo político, la esquela de la presidenta municipal Alejandra Gutiérrez fue publicada en sus redes sociales, incluso antes de la confirmación de la familia, como respuesta y desde una sentido hartazgo que ni ella ni varias autoridades alcanzan a leer en el ánimo de una población que ya estamos hartos…¡estamos hartas!:
¿Me uno a la pena? ¿Por qué no te unes a la exigencia de clarificar las condiciones y causas de muerte de este niño? (Sara Mata, académica y activista social)
Estoy harta de como se repite la impunidad, el dolor de las víctimas y familias va en aumento, y con ello mi intolerancia a las esquelas gubernamentales más producto de un machote escritural que de un sentido