Cultura

La inacabable cantera de Tepito

Tenía cinco años cuando comenzó a deambular por los alrededores del zócalo de Ciudad de México y más allá. Era un paseo diario que abarcaba todo el Centro Histórico. A esa edad escudriñó calles y rincones. Y en ese merodear también visitaba museos. Y así, con solo observar pinturas y esculturas, desarrollaría sus habilidades manuales y artísticas.

HUMBERTO RIOS

Es originario de Tepito, una cantera de artistas y artesanos; un barrio donde creció David Rivera, de 76 años, la mayoría de los cuales ha sido carpintero, ebanista y decorador; un autodidacta que presenta su obra en la galería José María Velasco, donde hay piezas que simbolizan pasajes de la Revolución mexicana y el Valle de México.

Y también presenta el órgano masculino tallado en hueso. Significa fertilidad. Cualquier objeto en manos del tallador puede ser idóneo para darle forma. Por ejemplo, las sinuosidades de madera, como sucede con las hormas de zapatos, son propicias para hundir el formón.

De ahí, además, surge un corazón estilizado y el cuerpo de una mujer desnuda con alas movibles que el maestro ensambla mientras dice que la pieza formó parte de una exposición colectiva en una sala de la colonia Roma.

HUMBERTO RIOS


columna de Humberto Ríos


columna de Humberto Ríos

Es David Rivera, quien cumplió 76 años —“gracias a Dios”—, con 62 de carpintero, ebanista y decorador de interiores.

“Y poeta”, agrega, después de una pausa y entonces muestra un librito y recita el fragmento de un texto titulado Virgen de las banquetas:

Caminas en penumbras con tu sonrisa a flor de labios, el alma acongojada buscando subsistencia. Todas las noches hasta la madrugada, piensas en tus hijos que no les falte nada. La Tacón dorado eres mal nombrada.

“De seis años yo salí a la calle por pobreza y me fui alrededor del zócalo; entonces vi lo más bonito, que ya no existe, donde había galerías y venta de pinturas; también íbamos a la Alameda Central a ver las esculturas. Entonces desde la infancia se nos fue quedando”.

De niño, adolescente y joven recorría las calles. Junto al Palacio de Bellas Artes, recuerda, había una sucursal de Librerías de Cristal, que en durante una época existieron, donde se detenía a leer portadas y hojear algún tomo. Así fue como de esos itinerarios algo le fue quedando.

“Y tantos años de manejar la madera, pues se conjugó la facilidad y poco a poco el arte”, comenta quien también elabora cuadros en xilografía y serigrafía.

En su obra también usa conchas de caracol, que ahora muestra cómo se tratara de un trofeo, pero son más las piezas de madera y hueso.

—¿Y cómo obtiene los huesos?

—Pues vamos a la carnicería —comenta— y le decimos al carnicero: “Dame dos huesos” y te da hueso macizo.

—¿Y cuál es el proceso?

—La obra de hueso cae en personajes variados. Es como la escritura: la pluma te lleva. En la escultura haces una y ya te salió otra.

Y de la galería José María Velasco, abriéndonos paso entre puestos y armazones de mercancías, llegamos a Casa Barrio, donde David practica sus habilidades y ahora hace una revelación:

—Mira: para mí esto, te lo puedo decir con sinceridad, fue muy difícil por una razón: yo no terminé la primaria. Entonces, si no fui a la primaria, de dónde iba yo a saber siquiera dibujar.

HUMBERTO RIOS

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Casa Barrio está en Eje 1 Norte, esquina con Eje 1 Oriente. Aquí trabaja David Rivera, maestro tallador de madera y otros materiales; el mismo lugar donde hace tiempo entrevistaste al promotor cultural Luis Arévalo —fallecido el 25 de diciembre de 2021—, quien decía: “Arte, cultura, capacitación y educación es la receta para salvar Tepito”

Una parte de Casa Barrio tiene el diseño de una antigua vecindad, donde enseñan diferentes oficios, que se extiende al aire libre en gran parte de esa misma esquina que forman los dos ejes viales.

Al final del pasillo está el taller en el que trabaja David. Abundan las figuras de madera. Para elaborar esculturas, comenta, “básicamente usamos madera de pino, de caoba o cedro…”

HUMBERTO RIOS

Y hace una acotación: “Pero como es el barrio de Tepito yo camino en las noches y paso por donde la gente tira lo que ya no quiere. Entonces algo me sirve…yo lo recojo y le doy vida”.

—¿Y sus herramientas?

—Para esto se usan formones— dice quien también hace grabados.

HUMBERTO RIOS

—¿Y quiénes influyeron en usted?

—Cuando nacimos —responde— nos dieron un apellido y de nosotros es la responsabilidad de limpiarlo. Entonces, gracias le doy yo al cielo que he ido sacando mi apellido.

—Tepito ha sido un semillero de artistas, boxeadores, artesanos, etcétera. ¿Usted qué se considera?

—Yo produzco. El que considera a uno es la gente que va a las galerías. Y mucha gente te dice: “Está bonito, está bien”.

—¿Y de aquí cuál sería su obra máxima?

—Las dos tallas de la exposición, porque reflejan los genes que traemos: las pirámides, el volcán que envuelve Quetzalcóatl para proteger a la ciudad y los lagos; del volcán bajaba el agua a Chalco, a Tláhuac y Xochimilco; acá nos llegó a Santa Anita y a La Merced.

—¿Y la otra?

—Es un recuerdo que nunca debemos dejar: lo revolucionario. Hice una escena de Los Dorados de Villa, de cómo andaban los que peleaban, los malheridos, un difunto y el ferrocarril con la gente.

HUMBERTO RIOS

HUMBERTO RIOS

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En cuanto a sus grabados, David Rivera admite que tiene influencia de José Guadalupe Posada.

—Yo estoy disfrutando de lo que el señor nunca pudo— comenta David—. Él no supo que era un artista. Él fue un trabajador de imprenta. Él no disfrutó que alguien le dijera: “Es usted un artista, maestro”.

En su taller nada se desperdicia, pues a cualquier pedazo de madera le da forma. Están, por ejemplo, varias hormas de zapatos.

—¿Y de dónde salieron tantos moldes?

—Pues se dio la casualidad porque somos un barrio zapatero y durante un tiempo mis hijos tuvieron un taller; entonces, cuando lo quitaron, me quedaron como cien hormas.

—Y las usa muy bien.

—Sí, pero aquí lo difícil es que debes seguir la línea que trae la horma. Aquí, por ejemplo, me fui metiendo, me fui metiendo y la habilidad se me fue dando— detalla mientras sus dedos pasan por las ondulaciones de un molde.

—¿Y qué significa ese tallado donde está la calaca?

—La calaca siempre ha significado el más allá…

HUMBERTO RIOS

—¿Hay un tema recurrente en su obra?

—Es abierto. Mira: aquí vas a ver que tengo varias calacas; aquí, en Tepito, no sé si sepas, está un templo, un altar a la Santa Muerte, pero yo jamás me meto con eso, porque es una idea de cada quien. Yo —aclara, como deslindándose o marcando una raya— hago arte.

HUMBERTO RIOS

Humberto Ríos Navarrete


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