Cultura

Art nouveau y sus secretos en la Roma

En este impecable edificio, marcado con el número 145 de la calle Colima, colonia Roma, está parte de la vida de Bruno Newman, quien a los 13 años empezó a comprar objetos en el mercado de La Lagunilla; a tal grado que durante medio siglo formó una colección de 150 mil, de los cuales seleccionaron 800 para montar la exposición Objetos y Literatura. Es el Museo del Objeto, MODO, al que la pandemia se le cruzó en su 10 aniversario, pero no impidió que lo festejaran con textos de poetas como Pablo Neruda, quien, en su Oda a las cosas, confiesa: “Amo las cosas loca, locamente. Me gustan las tenazas, las tijeras, adoro las tazas, las argollas, las soperas, sin hablar, por supuesto, del sombrero”.


Habrá que entrar a esta casona Art Nouveau, acompañado de Luis Rodríguez, curador y diseñador de la exposición, quien sobre una máquina de escribir colocó una cuartilla con un texto de José Emilio Pacheco, narrador, poeta, ensayista y traductor, del que se entresaca el último párrafo: 

“Los señores Remington no sabían en 1878 que estaban fabricando al margen de sus escopetas la más peligrosas de sus armas”.

La exposición abarca ocho salas, con textos de poco más de 50 mujeres y hombres, entre ellos del poeta francés Paul Valéry —“Las cosas que veo me ven tanto como yo las veo”— y del escritor alemán Thomas Mann, de quien escogieron un párrafo de su novela Doktor Faustus:

“Eco solía pedir que le mostraran la caja de música. Era ésta un regalo mío: un cofrecillo de caoba al que le daba cuerda por debajo para poner en movimiento un cilindro cubierto de verruguillas de metal (...)


Sobre una de las estancias penden gotas de cristal que simulan un aguacero. En el blanco muro hay un texto del escritor Juan Villoro: “La literatura es un lugar en el que llueve”.

En La señorita Etcétera, de Arqueles Vela, se lee: “Sus movimientos eran líneas rectas, sus palabras las resucitaba una delicada aguja de fonógrafo… Sus senos, temblorosos de amperes…”

De este lado aparece un extracto del libro titulado Cuaderno ideal, de la escritora mexicana Brenda Navarro, que a la letra dice:

“Pensé en buscar, preguntar en las papelerías viejas por aquí, la historia de los cuadernos Ideal. También pensé en inventar esa historia. Una cronología, una crónica, una tradición oral. Inventarla. Como la Ilíada de los cuadernos, de lo oral a lo escrito. Un largo poema de los cuadernos. La guerra de los cuadernos estalla entre dos bandos: el de cuadrícula y el rayado. El caballo de Troya es un lápiz HB, Helena es una bella goma blanca. La historia de los cuadernos Ideal tiene todos los elementos para ser un poema épico”.


Un párrafo de El infinito es un junco, de la española Irene Vallejo:

“La pasión del coleccionista de libros se parece a la del viajero. Toda biblioteca es un viaje; todo libro es un pasaporte sin caducidad. Alejandro recorrió las rutas de África y de Asia sin separarse de su ejemplar de la Ilíada, al que acudía, según dicen los historiadores, en busca de consejo y para alimentar su afán de trascendencia. La lectura, como una brújula, le abría los caminos de lo desconocido”.

***

El MODO, fundado por Bruno y dirigido por Paulina Newman, está en un edificio construido en el año 1906, donde presentan la colección de objetos, cuya selección duró casi tres años, lo que implicó un gran reto.

Es una exposición para celebrar el décimo aniversario del museo, cumplido en 2020, “pero solo hasta ahora lo hemos podido llevar a cabo”, aclara Luis Rodríguez.


“Entonces estuvimos dándole muchas vueltas de cómo hacerle, de cómo plantear esta exposición”, añade el curador.

—Y por fin salió.

—Sí, la decisión final fue a través de fragmentos de literatura que hablara de los objetos, que pusiera a los objetos como nostalgia, como objetos añorados, como objetos que hablan, que ven o que son personajes.

—Fue una tarea dura.

—Intensa y muy recreativa. Mucha gente me pregunta cómo hicimos para hacer esa selección de 150 mil objetos; respondemos que fue a través del propio equipo del museo y del coleccionista.


Rodríguez invita a observar “objetos que hablan, que miran o son monumentos de la memoria a través del texto y, con ello, mínimamente a la colección del museo (…), cuyos ejes esenciales son: mirar, atender, registrar y cuidar objetos que, en su mayoría, fueron concebidos para una vida efímera, o bien después de su primer auge fueron condenados a cierto olvido”.

Empiezan con textos de Pablo Neruda, Octavio Paz y Jorge Luis Borges. Llama la atención el poeta chileno, quien escribió una larga oda a las cosas. “Él dice que adora las cosas no por su grandeza, sino por infinitamente pequeñas”, cita Luis Rodríguez.


En una sala hay objetos relacionados con la música, como el fonógrafo y el gramófono; y así, en otras, van cambiando a cada paso, en cada estancia.

En cuanto a los primeros aparatos que producían música aquí expuestos, el curador explica:

—Erickson vende los derechos y Víctor, que después se convierte en la RCA Víctor, y el dueño graba su voz llamando a su perro; entonces el logotipo, la imagen icónica, se convirtió en el perro escuchando el fonógrafo la voz de su amo.


—Son objetos raros.

—Son objetos particulares, bellísimos, únicos, muchos de ellos cotidianos, que no miramos de la misma manera, pero cuando los pones en una repisa, en un museo, les da contexto; entonces el objeto cambia, toma otra dimensión. —Los objetos de baños me recordaron a Duchamps.

—Son homenajes a él. Hay una tina, por ejemplo. Pero sí, en ese caso, son objetos que cambian su estatus natural, como lo hizo Duchamps.


—También recuerdan cosas antiguas.

—Sí, las secciones es una introducción a estos grandes escritores; luego, un homenaje a los objetos que se usan para escribir: tintas, plumas, plumillas, etcétera, y después las máquinas.

Y es aquí cuando el curador hace referencia a la máquina de escribir marca Remington, creada por la misma empresa que hacía fusiles; la que menciona José Emilio Pacheco en su texto.

—Es un homenaje a las cosas por parte de algunos escritores.

—Sí, es sorprendente, usan a las cosas para evocar, para narrar; les dan voz, son personajes. Los objetos, en la literatura, son importantes.


Solo es una parte mínima de los objetos que han acompañado a los mexicanos en los dos últimos siglos.

***

En interior del museo, mientras tanto, los visitantes experimentan diversas sensaciones al observar objetos que llaman su atención, de modo que exploran con la mirada y giran a su alrededor, a veces durante un largo rato.


El joven Arón Mayorga Valencia, por ejemplo, aprecia la manera de cómo el texto describe la historia de cada objeto. Esto lo lleva a imaginar los tiempos específicos de cada cosa.

Las épocas en que fueron concebidos. Por eso su curiosidad lo transporta. “Tienen propuestas muy interesantes”, reflexiona.

“Lo que más me ha llamado la atención —añade—es el diseño de las piezas; o sea, cómo están ordenadas, cómo se relacionan en cuanto al texto, en cuanto al espacio; siento que está muy bien planeado y me parece una exposición de arte contemporáneo”.


Su compañero Guillermo sonríe luego de admitir que la curiosidad lo lleva a la tentación de pretender tocar cada objeto, pues imagina lo que esconden. Ejemplifica con algunos.

“Las cajetillas de cigarros”, responde un poco nervioso, sonriente. “Justamente lo que comentaba que si cada cajetilla fue usada por una persona, ¿no?, y que detrás de cada objeto está la historia de esa persona”.


Es un homenaje a escritores y escritoras que a su vez dedican textos a los objetos, como es el caso de la máquina de escribir Remington, cuyos inventores también fabricaban armas de fuego, lo que provoca una reflexión de José Emilio Pacheco:

“Los señores Remington no sabían en 1878 que estaban fabricando al margen de sus escopetas la más peligrosas de sus armas”.







Humberto Ríos

Google news logo
Síguenos en
Humberto Ríos Navarrete
  • Humberto Ríos Navarrete
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.