Espectáculos

La fiesta, más picante a la mexicana

¿Se puede al mismo tiempo disfrutar de una gran comedia y escuchar en el escenario grandes verdades?

La respuesta a esta pregunta está en La fiesta, una puesta en escena que es una mezcla perfecta de diversión y reflexión, que el público disfruta al máximo y que ahora vuelve a la cartelera en una versión definida por sus productores como “a la mexicana”.

Escrita por David Dillon, La fiesta, la comedia gay de los 90, originalmente ubica su acción en Nueva York, donde un grupo de siete amigos se reúne para una celebración a la que los espectadores --de manera casi vouyerista—nos asomamos y vemos junto con los personajes como salen a la luz y en medio de un divertidísimo juego sus vidas, sus amores, sus experiencias, sus ilusiones, y sobre todo su amor y gusto por la vida.

La fiesta se estrenó en Chicago a principios de la década de los 90, en una histórica temporada que de las cinco semanas anunciadas originalmente se extendió por más de dos años, luego de los cuales llegó a Broadway, y para desde ahí saltar materialmente a todo el mundo, incluida la ciudad de México donde se estrenó en 1996, producida por Morris Gilbert.

En aquellos entonces, la obra también fue un trancazo en taquilla y a lo largo de casi dos años acumuló más de 400 representaciones. Hace algunos meses La fiesta regresó a nuestra cartelera, con una versión que nuevamente se ubicaba en Nueva York.

Ahora, la producción tomó la muy atinada decisión de mexicanizar el texto. La anécdota se mantiene en los años 90 porque la historia quiere ser una reflexión sobre cómo era el mundo gay antes de la era de las redes sociales; incluso de la explosión de los celulares, que han dado pie a relaciones que muchas veces no pueden ser llamadas ni siquiera personales.

Pero ahora todo sucede en la ciudad de México, y las aventuras de este divertidísimo grupo de amigos están llenas de referencias, vivencias, nombres, telenovelas, estrellas musicales, bebidas, moda, películas, políticos, lugares, revistas, antros, la Zona Rosa, todas las referencias que tenemos del ambiente gay chilango de esa década.

Bravo para MejorTeatro por esta muy acertada decisión pues de verdad la obra ha ganado en empatía con el público, que siente todo mucho más cercano, lo que potencializa enormemente el disfrute.

Evidentemente la puesta en escena requiere de un gran elenco. De actores con una gran vis cómica, como Luis Orozco, quien se echa al público a la bolsa, con el personaje de Ray. Gran, gran, gran trabajo el de Luis; y de atractivos actores que tengan por un lado un muy buen desempeño escénico, y por el otro estén dispuestos a desnudarse. pues el montaje así lo requiere.

Esos guapos y buenos actores son David Ortega, Miguel Salas, Lalo Arredondo, Rodrigo Cuevas, John German, Alex Mont, Óscar Ugalde, Diego Tenorio y Dan Cervantes. Aplausos para todos ellos.

Y por supuesto aplauso también para dos personas capitales en este montaje: Gerardo González y César Riveros; ambos formaron parte del montaje de La fiesta hace 27 años y hoy son respectivamente director y productor de la puesta en escena.

Otra innovación en esta versión a la mexicana es haber incluido en la escenografía una pintura creada exprofeso para el montaje. Se trata de la obra Anturios, del artista Alex Van Roe, con lo que el montaje inicia el proyecto de una galería escénica rotatoria, que tendrá cada mes un artista plástico invitado.

La fiesta, la comedia gay de los 90, ahora a la mexicana, se presenta nuevamente en el Marketeatro, en Coahuila 105, en la colonia Roma, de viernes a domingo.


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Hugo Hernández
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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